El Museo del Ferrocarril, en Gijón

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Hoy me gustaría hablaros acerca de un «museo» muy peculiar que tuvimos la suerte de conocer en nuestra visita en familia a Gijón. Se trata del Museo del Ferrocarril de la ciudad, un curioso y divertido lugar que gustó especialmente a mis peques.

Está ubicado en la antigua estación Norte de Gijón, por lo que en su mayor parte se trata de unas instalaciones ubicadas al aire libre (las vías), por donde los lilliputienses pueden corretear e investigar a sus anchas. Los niños además, entran gratis hasta los 16 años, aunque si lo visitáis en domingo el acceso es gratuito para todos.

El Museo es el centro dedicado a la conservación, investigación y difusión de la historia ferroviaria de Asturias. En él se puede aprender sobre la relación que ha existido entre el ferrocarril y la historia social, técnica y económica de la zona.

El Museo está organizado en varias zonas, en las que se presenta material relacionado con el mundo del ferrocarril  así como una serie de vagones y trenes restaurados, que proceden de la red ferroviaria asturiana.

Al estar situado en las antiguas instalaciones de la estación del Norte, el Museo es accesible y puede ser visitado con carrito de bebé. La visita transcurre de forma muy amena, ya que además de ver los impresionantes vagones, es posible subir a algunos de ellos, con lo que los peques alucinan. E incluso es posible «conducir» algún que otro vagón…

Museo del Ferrocarril

Hay una primera tanda de piezas restauradas nada más entrar en las instalaciones, a cubierto, para luego pasar ya a las vías propiamente dichas donde se pueden observar según he leído, casi un centenar más de ellas.

A los peques les gustó mucho, y estuvieron bajando y subiendo de los vagones una y otra vez. De hecho, nuestra visita fue en fin de semana (en sábado) y el museo estaba lleno de familias con peques. Había un gran número de lilliputienses dentro y fuera de los vagones y alucinando.

Vagón en el Museo del Ferrocarril

Si vais con peques (bueno o sin peques, también), es imprescindible que veáis la maqueta ferroviaria que muestran en una de las salas. Una maqueta en miniatura que sin duda te transporta a tu infancia (quien no ha jugado con una maqueta de tren) y que deja a los lilliputienses embelesados, y deseando jugar con ella! Un disgustazo que se llevaron cuando se dieron cuenta que no se podía tocar jaja.

Maqueta Ferroviaria

El paseo por las zonas de las vías es genial. A nosotros para hacerlo aún mejor, nos hizo un día espectacular, con un sol fantástico y fue un auténtico gustazo disfrutar del momento. Nos gustó mucho.

Vias en Museo del Ferrocarril

Eventualmente, y así lo vivimos nosotros, organizan además en el Museo una degustación de fabada elaborada en la olla ferroviaria. Lo más. Una espectacular fabada que pudimos probar y que sin duda recomiendo. Si tenéis pensado visitar el Museo preguntad cuando se hace esta degustación, porque merece la pena. Es un detalle adicional a la visita del Museo que la hace aún más divertida.

Fabada en Olla Ferroviaria

En conclusión, el Museo del Ferrocarril resulta un lugar muy entretenido para ir con peques. Por la facilidad de movimiento que pueden tener, por su accesibilidad, porque despierta su curiosidad al ver los trenes (sin duda, muy diferentes a los que ellos están acostumbrados ahora), y porque te permite disfrutar en familia de una estupenda jornada.

Figuras en el Museo del Ferrocarril

¡Que tengáis un gran lunes!

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