Hace algunos años, cuando los niños aún eran un proyecto, vivimos una experiencia muy chula: un recorrido alrededor de la Isla de Menorca en velero. Acompañados de 2 parejas amigas nuestras y un intrépido capitán del velero, descubrimos esta bella isla balear y vivimos experiencias que a día de hoy siempre recordamos cada vez que nos reunimos: dormir en el mar, levantarte y tirarte directamente al agua, montar en zodiac para ir y volver a cada playa, o en definitiva la experiencia completa de lo que supone ¡1 semana enterita en velero!. (Un día de estos os lo contaré todo en detalle).
Unos años después ahora nos planteamos…¿cómo será la experiencia para viajar en velero con niños?. Más de una vez hemos pensado repetirla y ahora que los peques ya no son tan peques y dominan el “arte de la natación”, más ganas nos entran. Por eso, cuando descubrimos a la familia y a la empresa de Delta Yacht Cruisers, nos encantó.
Imaginaos: un proyecto específicamente orientado para viajar en velero con niños. ¿Qué os parece?. Y en la que los “capitanes” son también otra familia: Antonio, Ana y Tula, una familia aventurera donde las haya y que con el Tam Tam van casi al fin del mundo. Si echáis un vistazo a su web, descubriréis todo lo que ellos hacen.
Puesto que son “expertos” en la materia, les he preguntado directamente por cuales son las recomendaciones que ellos nos darían a todas las familias que quisiéramos llevar a cabo un viaje en velero con niños.
Y todo esto es lo que ellos nos han dicho:
10 RECOMENDACIONES PARA VIAJAR EN VELERO CON NIÑOS
“A partir de nuestra experiencia navegando con familias con niños a bordo de nuestro barco, éstos son los consejos que podemos aportar para quién esté interesado en este tipo de plan:
1- Cambiar el chip al embarcar.
La vida a bordo es realmente distinta a la vida convencional en tierra. Ciertos recursos están limitados, como por ejemplo el uso del agua dulce, o la disponibilidad de mucho espacio en el interior; por ello los navegantes a lo largo de los años han desarrollado trucos y hábitos que facilitan la adaptación al medio. El ir aprendiendo esas particularidades de la vida a bordo acaba siendo un aliciente y una de los aspectos mas enriquecedores y satisfactorios de la experiencia, y una de las cosas que mas valoran a posteriori nuestros invitados.
2- Reducir equipaje (y aún así os pasaréis).
Una vez que se tiene más o menos claro lo que se quiere llevar, lo ideal es reducirlo al menos a la tercera parte… Realmente en un velero se va a utilizar poca ropa. El 90% del tiempo se está en bañador; unas camisetas, bermudas o shorts, y algo un poco más abrigado para las veladas en cubierta es lo que realmente se va a usar. En el barco se suele estar descalzo a no ser que se maniobre por cubierta (en ese caso lo mejor es algo tipo náutico o cualquier otro con suela que no marque la cubierta). Algún calzado fresco para bajar a tierra, y prácticamente el equipaje está listo.
3- Llevar las maletas adecuadas.
En un barco no hay espacio para guardar un montón de maletas rígidas, así que estas deberán ser mochilas, petates o tipo bolsa de deporte, para que una vez vacías puedan guardarse a bordo plegadas en el fondo de los armarios. En este sentido, alguna de las familias más prácticas que hemos recibido a bordo tenían un sistema perfecto: cada miembro de la familia llevaba su mochila, de la que era responsable, y que según nos decían habían preparado ellos mismos, incluidos los peques. Ejemplar, por práctico y educativo.
4- ¿Nos marearemos?
Con el tema del mareo, lo más importante es el plan de navegación: una elección cuidadosa del recorrido evitará la mayor parte del problema; en segundo lugar, para los más sensibles es importante evitar el primer día las estancias prolongadas en el interior. Comer en cubierta y bajar al interior sólo cuando es necesario. Por último, es importante tener presente que el mareo es mucho más fácil prevenirlo que quitarlo una vez que aparece, por tanto, en caso de ser propensos, una Biodramina o similar el primer o segundo día, siempre antes de necesitarla, hace maravillas. A partir de ahí todo el mundo se acostumbra y es muy raro tener problemas.
5- Los niños se adaptan al velero mucho mejor que los adultos.
En general el tema de la adaptación de los niños al nuevo medio es una preocupación habitual en la gente que se plantea esta actividad. Nosotros siempre comentamos lo mismo a los padres preocupados: con toda seguridad, los niños, por su propia naturaleza, ¡van a adaptarse al medio con mucha mayor rapidez que los padres! Es curioso ver la rapidez con que un peque se acostumbra a todo: al segundo día de estar a bordo, parece como si toda la vida hubieran vivido en barco.
6- Disfrutar al máximo y aprovechar la ocasión única para vivir la experiencia en familia.
De lo más importante: aprovechar la ocasión única que se presenta para los padres: hay pocas situaciones en las que los padres descubren una experiencia nueva a la vez que sus hijos; Estar atentos y receptivos para compartir ese descubrimiento es otro aspecto muy gratificante de este tipo de actividad. Muchas veces nos han comentado que durante los cruceros los padres han aprendido sobre sus hijos, y sin duda los hijos han conocido mejor a sus padres. Creo que esto es lo que me parece más destacable.
7- Buscar referencias sobre la empresa con que se contrata, pero muy especialmente sobre la tripulación.
Según las opiniones de nuestros clientes, éste es el factor más determinante a la hora de disfrutar de unas vacaciones de este tipo. El motivo es en realidad de sentido común: El espacio a bordo es reducido, y se ha de compartir de forma continua, con lo cual la convivencia es muy estrecha con los tripulantes. El talante de éstos y su profesionalidad y facilidad de convivencia es crítico para proporcionar un buen ambiente a bordo y con ello el éxito del crucero. Para evaluar este factor antes de decidir, un largo historial como profesionales del medio debería llevar asociada una buena presencia y valoración en diversos foros de Internet.
8- Buscar una propuesta especializada para navegar con niños.
Si se va a navegar en familia y con niños, especialmente si estos son pequeños, es muy aconsejable buscar una propuesta especializada. De esta forma el barco estará más adaptado a este tipo de cometido, (por ejemplo, con red de seguridad en las bandas para que los niños no puedan caer con facilidad, neumática para desembarco que pueda albergar al grupo entero, y otra serie de detalles) y la tripulación, también adaptada, se anticipará a los problemas que pueden surgir con este tipo de grupos (mareo de los niños, comidas infantiles, etc). Por último, también los recorridos estarán ya pensados para permanecer lo más posible en zonas de aguas protegidas, etapas de navegación de una duración acorde con la naturaleza inquieta de los peques, fondeos con un acceso fácil a tierra para que los niños puedan bajar a correr y desfogarse, etc..
9- Escoger un barco con tripulación completa.
Es otro de los factores clave para disfrutar a bordo. la diferencia la aprecian sobre todo los/las que a diario ejercen de amos/amas de casa. Hay que tener en cuenta que en un barco las tareas habituales de una casa se vuelven aún más incómodas. Hacer la comida para todo el grupo, y mas aún el limpiar luego los cacharros o encargarse del orden a bordo es una tarea muchas veces ingrata en un barco, con el movimiento y los espacios reducidos. Por el contrario, si la tripulación profesional se encarga también de todos estos servicios, sólo queda concentrarse en disfrutar.
10- Consultar y confiar en los tripulantes a la hora de fijar el recorrido del velero.
Vale la pena confiar en la experiencia de los tripulantes a la hora de sugerir el recorrido. A veces se tiende a planificar el itinerario con antelación e intentar ajustarse a él, lo cual es un error; a bordo de un velero las condiciones meteorológicas son determinantes para el confort a bordo. Por tanto los fondeaderos se deberán elegir en función de las condiciones reinantes. La cala que con un tipo de viento es un paraíso de aguas transparentes, en otras condiciones o con viento de otra dirección puede volverse no sólo incómoda y de aguas turbias y agitadas, sino potencialmente peligrosa.”
MUCHAS GRACIAS A ANTONIO, DE DELTA YACHT CRUISERS, POR DEJARNOS SUS RECOMENDACIONES.
¿Qué os parece?
Cómo experiencia, y en base a la mía propia, ¡¡merece mucho la pena!!. A mi me ha encantado conocer que hay quien define este tipo de experiencias para viajar en familia. ¿Quién sabe? ¡Lo mismo ya mismo nos veis en un velero! ¿Quién se anima?