Sendero del Botánico (Valle de Benasque)

Con ésta comienzo una serie de periplos lilliputienses por la montaña del Pirineo Aragonés. Y no vayáis a pensar que nos fuimos a lo loco a perdernos en la alta montaña. No 😀

El primer día hicimos nuestra primera «ruta de senderismo», que consistió en una peregrinación casi religiosa al Centro de Interpretación del Parque Natural de la zona (Posets-Maladeta) y la Oficina de Turismo (ambos en la localidad de Benasque), para recopilar información sobre las rutas y lugares a explorar con los peques.

Y la primera ruta que nos recomendaron en ambos lugares fue el Sendero Botánico, un sendero de pequeño recorrido, y circular, con un desnivel de 130 m, y totalmente apto para hacer con los pequeños. Tiene la peculiaridad de tener interpretadas las diferentes especies vegetales que encuentras durante el trayecto. Muy bonito y una fantástica primera toma de contacto con la montaña pirenaica.

Para llegar al punto de comienzo del sendero hay que tomar la carretera que transcurre desde a Benasque hasta Llanos de Hospital. En esta carretera y a unos 8 km de Benasque aproximadamente, nos encontramos con un desvío en el margen derecho que nos lleva hasta la entrada al Camping de los Baños y al Hotel de Turpí. En este desvío, y justo antes de la entrada al camping podéis encontrar un aparcamiento donde dejar el coche.

Como el sendero es circular, en realidad tiene 2 posibles puntos de acceso: el 1º justo antes del aparcamiento, y el 2º pasada la entrada al camping, y cruzando el puente sobre el río Ésera. En este último caso, el acceso está señalizado con una especie de «puerta de madera» y un cartel indicativo del sendero. Por este acceso fue por el que nosotros comenzamos.

La ruta comienza con una ligera subida, que hace que, en un momento sientas esa sensación de inmensidad que, en general te invade en todas las rutas que hemos realizado por el Pirineo Aragonés. Además, en el caso del sendero Botánico, el inmenso paisaje va acompañado de cascadas, bosques «mágicos» (según mis lilliputienses»), pequeños puentes de madera, miradores, un precioso hayedo y las fantásticas Gorgas de Alba (en un momento de la ruta puedes desviarte del sendero Botánico para ver estas preciosas cascadas).

Y también encontramos algún cocodrilo enmascarado ;-).

Nuestro plan fue, el mismo que seguimos en todas las rutas que hemos hecho este verano. Salir a media mañana, comer en la montaña y volver por la tarde. Este sendero según nos indicaron, tiene una duración estimada de 1 hora 15 minutos. Ahora bien, entiendo que eso es si vas en «plenas facultades», solito, sin lilliputienses y andando en plan «profesional». Yo calculo que, si lo haces del tirón con los peques, las 2 horas o incluso 2 horas y media no te las quita nadie. Nosotros tardamos unas 4 horas, ya que lo hicimos con tranquilidad y nos paramos a comer en mitad.

Si optáis por seguir nuestro plan, tened en cuenta que durante el recorrido no hay ningún lugar preparado para comer. Me refiero a ningún merendero, con mesas o similar donde parar. Si hay, sin embargo, unos cuantos bancos en lugares estratégicos (miradores) para que descanses un poco. En uno de estos bancos nos tomamos un tentempié. Para comer, optamos por pararnos al lado del río después de cruzar el hayedo,  en una zona con un puentecito, que estaba un poco más plana y que nos permitía extender nuestras toallas a modo de mantel. Genial. Y más genial fue cuando el lilliputiense mayor, empeñado en meter los pies en el río, acabó sentadito en el agua… (soy mala, lo sé…) 😀

Un bonito recorrido, del que el mayor recuerdo con el que me quedo, es el sonido constante del agua. De hecho, cuando nos adentramos en el sendero, lo primero que me dijo mi lilliputiense mayor fue…«Mamá…se oye el mar…» ;-).

Precioso, el sonido de la corriente en el silencio de la montaña.

Una maravilla.

Y como hoy es miércoles, y estamos en mitad de la semana, me gusta recordar ese sonido.

¡A la conquista de la montaña…digo, de la semana! 😉

Puntos clave del viaje al Valle de Benasque (Pirineo Aragonés)