Puntos clave del viaje a la región de Rheinland-Pfalz (Alemania)

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Esta Semana Santa, bueno, en sentido estricto, esta Pascua (Abril 2012), hemos podido disfrutar de unos días entre amigos. Esta reunión de amigos se ha celebrado en una bonita zona de Alemania (Rheinland-Pfalz) con lo que ha tenido su correspondiente toque de aventura. Si queréis conocer el origen de este encuentro, solo tenéis que leer esta entrada, publicada hace algún tiempo.

Tras este fantástico viaje, aquí os dejo lo que yo llamo, los «puntos clave». Espero que os resulten de interés.

1. Datos básicos del viaje:

  • Duración: 6 días
  • Destino: Herborn (Rheinland-Pfalz). Alemania.
  • Centro de Operaciones: Herborn
  • Modo de alojamiento: Casa Rural (Ferienhaus)
  • Página web del alojamiento: Ferienhaus Becker
  • Medio de transporte: avión
  • Compañía de vuelo: Ryanair.
  • Edades de los lilliputienses: «casi» 2 y «casi» 4.
  • Grado de satisfacción: Muy alto

2. Diario de Ruta:

3. Logística:

Establecimos  nuestro centro de operaciones en Herborn, un pueblo ubicado al norte de Frankfurt, a unos 45 minutos en coche desde el aeropuerto de Frankfurt Hahn. Desde allí, nos movimos en coche, gracias a la generosidad de nuestros amigos alemanes que nos dejaron un coche para poder utilizarlo. En cualquier caso, las distancias que hemos recorrido han sido muy cortas.

Tengo que decir que este viaje ha sido un poco atípico por varias razones. En primer lugar, no era un viaje de «turismo» sino de reencuentro con amigos, por lo que, hemos disfrutado de la compañía y la convivencia más que de cualquier otra cosa. En segundo lugar, siempre hemos estado con «lugareños alemanes» con lo que todo es mucho más fácil. Y en tercer lugar, ha sido un viaje en el que los lilliputienses han disfrutado más que de costumbre, ya que en realidad, era una «reunión de amigos con niños». Se lo han pasado genial jugando juntos (independientemente del idioma que hablasen).

¡Todos arriba!

4.- Transporte: 

Como ya he indicado antes, el desplazamiento lo hicimos en avión, con Ryanair y llegamos al aeropuerto de Frankfurt Hahn. Para los que nunca hayáis volado allí, debéis tener en cuenta que el aeropuerto está realmente LEJOS, de la ciudad de Fránkfurt. De hecho, no sé muy bien por qué se llama así, porque ni está en Frankfurt, ni tan siquiera está en el mismo Lander. Y cuando digo lejos, me refiero a  más de 1 hora en coche (unos 125 km). Un «detalle» a considerar si viajáis allí.

Nosotros llegamos al aeropuerto y como en este caso teníamos «enchufe», uno de nuestros amigos vino a recogernos en coche. Nuestra casa rural estaba a unos 45 minutos del aeropuerto, en el pueblecito de Herborn.

En este viaje, no hemos explorado formas de transporte diferentes al coche. La suerte de que nuestros amigos nos pudieran dejar uno, con las correspondientes sillitas de niños, hizo que todos nos moviésemos así para hacer las diferentes excursiones que realizamos.

Sin embargo, tengo la impresión que ésta es la mejor manera de conocer esta zona rural, llena de pueblitos pequeños y paisajes bonitos. Las distancias recorridas fueron cortas (máximo de 20 minutos en coche). Y no tuvimos nunca problemas de aparcamiento ninguno de los tres coches que llevábamos.

5. -Alojamiento.

Como ya os he indicado nosotros optamos por una casa rural y que os recomiendo sin ninguna duda. La casa (Ferienhaus Becker) disponía de dos plantas que, en realidad, eran dos apartamentos in dependientes. Un apartamento en la planta baja, con su salón, cocina, baño y 2 dormitorios. Y otro exactamente igual en la planta de arriba. Esto nos permitió distribuirnos 2 familias abajo y 2 familias arriba. Muy, muy recomendable. Además, la casa está muy bien equipada, dispone de un cobertizo-barbacoa (donde nosotros hicimos una barbacoa ESPECTACULAR) y un jardín enorme con columpios para los niños. Y para terminar de rematar, el precio es fantástico.

En general, en las zonas rurales de Alemania dispones de estas casas rurales (Ferienhaus) distribuidas por todos los pueblos o bien la fantástica opción si viajas con niños, de las granjas. Eso sí, estas granjas son algo más caras, pero tienen una pinta alucinante. Aquí os dejo el enlace donde nosotros estuvimos mirando algunas, aunque al final, no pudo ser porque estaban ocupadas. Creo que merecen la pena. Si alguien las utiliza, le ruego me de alguna referencia. Deben ser geniales para viajar con lilliputienses. Mis amigos alemanes hablaban muy bien de ellas.

6.- Accesibilidad.

En general, la accesibilidad de los pueblos visitados la encontramos buena (salvo en algunos puntos en los que nos encontramos cuestas importantes). Pero eso forma parte de la propia orografía del lugar.

La mayoría de las visitas que hicimos, al ser zonas rurales, zonas de campo, podrían resultar muy incómodas de hacer con un carrito. O incluso, imposible, en algún caso concreto, como fue la visita a la mina. Os recomiendo, en caso de ir con bebés, hacer uso de la mochila portabebés. Especialmente en la visita al poblado celta y a las ruinas.

Se trata de una zona tranquila, por lo que, por norma general, los peques pueden andar tranquilamente por las calles. Así mismo, las rutas que realizamos, también eran accesibles a los lilliputienses (considerando que íbamos con 6, de edades comprendidas entre los 6 años y los 21 meses, hubiese sido una auténtica temeridad hacerlo de otra forma).

En la casa, el acceso a la 1ª planta, se realizaba a través de unas escaleras bastante empinadas y sin barandilla que me dieron «mucho susto» nada más verlas cuando llegué, aunque luego no era para tanto :-).

De paseíto

7.- Recursos para niños.

Todas las actividades realizadas eran aptas para lilliputienses y resultaron tremendamente atractivas para ellos. Desde el paseo por el bosque en Herborn, la visita al Parque de animales en libertad, la mina (con la que mi lilliputiense mayor «alucinó», y hasta el poblado celta, con esa áurea de magia que desprendía, hicieron las delicias del grupo. Muy, muy recomendables. Ya os las iré contando. Y por supuesto, la celebración de la Pascua alemana.

Aprendiendo a dar de comer a los animales

8.- Comunicación fácil.

¡Y tan fácil!. Esto de ir con «lugareños alemanes» hace que los problemas de comunicación desaparezcan. En cualquier caso, al tratarse de una zona rural, y entiendo que, de turismo fundamentalmente alemán, las personas más mayores no hablaban inglés.

9.- Amabilidad.

Si soy sincera, tuvimos poco contacto con personas aparte de nuestro grupo. Lo que si es cierto, es que en cualquier caso, en todos eran muy considerados con los peques, y en la mayoría de los sitios tenían algún detalle con ellos. Una sensación de tranquilidad muy buena.

Bueno… en realidad, tuvimos un percance, y es que mi lilliputiense mayor, en su afán por ponérselo, rompió un auricular en el Centro de Interpretación del Parque de Animales en Libertad. Y como nosotros somos muy honestos, dimos el parte. La honestidad acabó con una mujer con muy mala cara que, tras hablar con su jefe, nos dijo que nos mandarían la factura del coste del auricular (se ve que el sitio no tenía seguro 🙁 ). Ya os contaré si nos llega. Pero a ver…el que rompe…ya se sabe, y los alemanes no tienen fama precisamente de flexibles, ¿no?.

10.- Alimentación.

Mi lilliputiense mayor no tiene ya problemas de comida en los viajes, y más alojándonos en una casa. Para la pequeñita, al tratarse de un viaje cortito, utilizamos potitos que adquirimos el primer día en el supermercado (en el que tengo que decir que había una enorme variedad) y como es de buen comer, tampoco extrañó nada. Entre eso, y lo que ya picotea de comida entera, se apañó estupendamente.

El estar en una casa nos permitió hacer nuestras comidas, por lo que no hubo ningún inconveniente. Las salidas a restaurantes tampoco son un problema para los peques, amantes como suelen ser de las Bratwurst (je, je). El mío mayor, se ha convertido en un fan incondicional de tremendas salchichas y ahora en casa me las pide cada dos por tres :-D. Además,  suelen tener en carta, menús infantiles con lo que, asunto resuelto. La salchicha (que ya es grande de por sí) acompañada de unas patatas, algo de pasta o una buena Gemüsesuppe (Sopa de Verduras, que a los míos les encantó) te dan muuuucho de sí. Y por supuesto, para nosotros, de lo mejorcito…el TAMAÑO de las «cervecitas».

Lo único a resaltar es el cambio de horario para las comidas. El desayuno pasa a ser uno de los platos principales, mientras que el almuerzo (sobre las 12.30-13.00) queda reducido a un sandwih y una fruta, y la cena se realiza mucho antes (sobre las 18.30) y es bastante más fuerte que la que yo hago en casa. El lilliputiense mayor y nosotros os adaptamos al horario y modo de comida, pero la pequeñita no. Ella siguió comiendo a sus horas y en sus misma cantidades. En cualquier caso, tampoco supuso un problema (el problema más bien hubiese sido no hacerlo). Como siempre, un buen termo de comida calentita, hizo posible que ella comiese en cualquier sitio y manteniendo su ritmo. Para mí, esto es muy importante, ya que ella, que es aún pequeña, si no mantiene sus ritmos de comida y sueño se pone muy chinchosa y lo pasa mal. De todas formas, tengo que reconoceros que mi niña es una auténtica todo terreno…

En temas de supermercados, al ser una zona rural, no abundan. El primer día visitamos uno muy grande de la cadena Globus, una especie de Carrefour, con una enormísima variedad de productos. Allí hicimos la compra de los 5 días, y allí compré yo todo lo que creí necesitar para mis peques: pañales, potitos, etc. Los precios estaban bastante bien. Quizás algo superiores a España en alguno productos concretos, pero tampoco os creáis que eran muchos más caros. Me llevé una grata sorpresa. Y alimentos de gran calidad y variedad. Destaco también la gran cantidad de productos ecológicos que se podían encontrar. El consumidor alemán es bastante exigente en lo que respecta a alimentación y eso se nota en el supermercado a la legua.

Descubriendo…

11.- Clima y vestuario.

En Abril, aguas mil. Y en Alemania también se cumple el refrán. En general, frío (5-10 grados por el día y bajo cero por la noche) y lluvia frecuente (de 5 días, 3 llovió).

Por tanto, las prendas (para mí) imprescindibles son: unas buenas botas (nosotros llevábamos las de montaña) y por supuesto ropa de abrigo. Para los peques, sus pantalones de pana con sus leotardos debajo, sus forros polares, y su buen chaquetón, gorro, bufanda y guantes. Para nosotros igual, salvo en lo de los leotardos (que con los vaqueros te apañas). El chaquetón, si es impermeable mejor. De hecho, me gustaron mucho, los monos que mis amigos alemanes tenían para sus hijos y que les ponían encima de la ropa. Se trataba de unos monos-pantalon impermeables que evitaban que los peques pasaran frío y/o se mojaran y mancharan la ropa con la humedad del suelo o la lluvia.

Si lleváis carrito, el plástico es imprescindible. Muy útil para que el aire frío no le de al bebé.

Para casa, algo finito de manga larga, o incluso de manga corta, ya que la calefacción funcionaba la mar de bien. Para dormir, el pijama de invierno normal (nosotros llevábamos todos nuestros «pijamas gordos de invierno» y dormimos estupendamente).

12.- Sanidad. Por suerte, no hemos probado la sanidad alemana. Sin embargo, como ya sabes y como ya he comentado en otras ocasiones, por ser miembro de la UE, tienes asistencia sanitaria gratuita a través de la tarjeta sanitaria europea. Siempre es bueno que te hagas con un listado de centros de urgencia y hospitales de la zona «por si acaso». Nosotros en esta ocasión, al viajar con alemanes, nos relajamos mucho en ese sentido. Eso sí, nuestro botiquín particular formaba parte de la maleta, como siempre.

5. Conclusiones:

Fantástico viaje especialmente por la compañía. Pero también ha sido un viaje muy bien aprovechado en cuanto a excursiones y visitas. Nos ha gustado mucho la zona y tomando las correspondientes precauciones (fundamentalmente de accesibilidad en algunas rutas) es muy recomendable para realizarlo con niños.

Cómo siempre, un post un poco largo. Espero que os resulte útil. ¡Buen viaje!

por

Hay 11 comentarios

  1. Escrito por Niños en la mochila (@ninosenmochila) el 25 abril, 2012

    Un post fantástico, y de largo nada, que si queremos informar de una forma útil… Es lo que toca.

    Se nota que lo pasasteis genial todos juntos. Y es que, cómo tu dices, que los niños vayan con otros niños ya es un éxito garantizado para ellos. 🙂

    Tomo nota para cuando podamos escaparnos a Alemania. Un abrazo.

    • Escrito por Bienvenidosalilliput el 25 abril, 2012

      Es que cuando nos ponemos a escribir y en particular, de cosas que nos gustan…¡no hay quien nos pare!. Me alegro que te haya gustado. Muchas gracias. Se trata de una zona poco conocida (al menos yo no la conocía), pero no solo de zonas conocidas está lleno el mundo, ¿a que no? je, je. Y con los detalles más insignificantes, además, son con los que más disfrutan nuestros peques. Un abrazo!

  2. Escrito por wikimums el 25 abril, 2012

    ¡Qué post tan bonito! Y útil. Nos han venido ganas de irnos con los peques a Alemania. Lo guardaremos para cuando nos decidamos. ¡Gracias!

    • Escrito por Bienvenidosalilliput el 25 abril, 2012

      ¡Pues no os quedéis con las ganas! (que eso es muy malo 🙂 ) ¡Animaos! Que Alemania está llena de sitios muy bonitos. Muchas gracias. Me alegro muchísimo que te haya gustado. Un abrazo muy fuerte

  3. Escrito por caperucitarojayunomas el 8 agosto, 2012

    Es que se nota a quién le gusta la naturaleza y se lo inculcas a tus hijos. La mía crecerá como yo: urbanita perdida!!

    • Escrito por Bienvenidosalilliput el 8 agosto, 2012

      Ja, ja, jaaaaaaaaaaaaaa….hacemos lo que podemos mujer! Seguro que por ahi escondida tienes una parte «campera» que aún no has descubierto…solo tienes que dejarla salir…ji, ji Un abrazo! Feliz Agosto!

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