El mayor descubrimiento de nuestra gran aventura de este verano para mí fue Eslovenia. Había oído hablar mucho de ella, y la verdad, me había generado unas expectativas maravillosas. Pero sin duda, se superaron con creces en el momento que pusimos un pie en esta maravilla de país.
Eslovenia es pequeño, se recorre fácilmente en coche, su Naturaleza es increíble, con paisajes espectaculares entre los que aparecen pequeños pueblitos de cuento. El escenario de los Alpes Julianos te dejará sin palabras, y disfrutarás de multitud de días de baño en sus lagos y en su única ciudad costera: Piran. Además, se trata de un lugar amable para niños con una gran cantidad de actividades para ellos, parques, y muchas sorpresas. ¡Para los peques más curiosos podéis contarle que Eslovenia tiene forma de gallina! Seguro que así, no la olvidarán.
Además, incluso en Agosto, no encontraréis de momento las aglomeraciones que son inevitables en otros lugares turísticos. Hasta en su capital Liubliana (preciosa, por cierto), el ambiente es tranquilo y se pasea que da gusto.
Llegamos a Eslovenia en coche procedentes de Zagreb en Croacia (apenas unas 2 horas) y nuestra primera parada fue en la pintoresca ciudad de Novo Mesto. Muy recomendable. Nosotros nos alojamos a unos 10 minutos de Liubliana, gracias a un intercambio de casa (ya sabéis que somos fan de esta modalidad de alojamiento), lo que nos permitió disfrutar de 2 semanas de forma cómoda y muy bien situados para recorrer todo el país. El pueblito se llamaba Lavrica y fue nuestro centro de operaciones para conocer el país. En esta ocasión, nuestro intercambio de casa lo realizamos a través de la web HomeExchange. Para desplazarnos, lo hicimos en coche, ya que Eslovenia fue el último destino del gran road trip que realizamos el pasado verano por los Balcanes.
La capital, Liubliana, está ubicada en el centro más o menos del país, lo que te permite hacer excursiones para visitar casi todos los rincones en un solo día. Las distancias máximas a recorrer son de unas dos horas en coche. En nuestro caso seguimos al pie de la letra la guía que nos hicieron nuestros anfitriones. Eran una familia similar a la nuestra y nos habían preparado una guía con las actividades y lugares que más les gustaba a ellos. Fue genial. Nos quedaron muchas cosas sin visitar de las que ellos nos indicaron, pero así tenemos excusa para volver.
Sirva por tanto este post para haceros un breve resumen de nuestro paso por Eslovenia: algunas ideas para visitar Eslovenia con niños. Poco a poco os iré contando más detalles de cada una de ellas.
Todas estas ideas están basadas en nuestra propia experiencia, como siempre. ¡Espero que os gusten! Y para todos aquellos que también seáis unos enamorados de este país, os ruego me dejéis vuestras sugerencias en los comentarios. ¡Me las apuntaré toda para la próxima vez que la visitemos!
Todos los puntos que os indico podéis ver su situación en el mapa, para que además podáis calcular distancias y recorridos. ¡A disfrutar Eslovenia!
1- El mundo subterráneo de las Minas de Mercurio de Idrija
Uno de los lugares más curiosos que descubrimos. Esta mina es la segunda mina más grande del mundo (que por cierto, la primera la tenéis en Almadén, aquí en España) y está declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 2012. Idrija es uno de los pocos lugares del mundo donde el mercurio aparece en su estado líquido y se pueden visitar en unas visitas guiadas que te explican la historia tanto de la mina como de la zona. Es muy divertido para los peques, por las curiosidades que aprenden sobre el mercurio y muy educativo e interesante por los detalles que dan respecto a la vida de los mineros. Merece la pena. Además, antes de entrar debes ponerte una bata y un casco por protección lo que llamó mucho la atención a mis hijos.
Al final de la visita guiada a la mina, dan la opción de coger un recipiente con agua y otro recipiente con mercurio líquido. Impresionante la comparativa en peso. ¡Los niños alucinaron!
Luego, os recomiendo un paseo por el pueblito, por sus calles y donde descubriréis la maravillosa tradición del encaje de bolillos, que es la segunda gran actividad del lugar.
2- El Parque - Arboretum en Kamnink
Kamnik es un bello pueblo medieval enmarcado en los Alpes Eslovenos y en la meseta de Velika Planina a unos 25 minutos de Liubliana. Kamnink merece una visita pero si hay algo que os recomiendo si vais con niños es el Arboretum Volčji Potok, uno de los más visitados parques de Eslovenia (por los eslovenos), lleno de flores, con un precioso paisaje y que os aseguro que les encantará a los más pequeños.
En él encontraréis una genial exhibición de ballenas a tamaño natural y al aire libre, otra de dinosaurios (también a tamaño natural), además de otros muchos encantadores lugares como un mariposario, rutas para pasear y una divertida zona de atracciones en las que vuestros peques se pasarán un rato saltando y sin querir salir. A nosotros nos encantó, sin dudarlo, y aunque quziás no es un lugar turístico, el encanto del entorno, combinado con lo divertido que le resultó a los peques, convierten este lugar en uno de mis favoritos. Bueno, en realidad creo que toda Eslovenia es de mis países favoritos.
A la entrada del parque venden una especie de mapitas para que los niños vayan sellando a lo largo del parque a medida que van descubriendo los diferentes lugares. Una forma divertida de gamificar la visita (mis hijos iban buscando el correspondiente sello en cada zona) y de hacerla aún más interesante para los niños.
3- La subida a Velika Planina y sus casitas de pastores
Velika Planina es una impresionante meseta en los Alpes Julianos, en la que aún se conserva un pueblito de pastores. Ni que decir tiene que el entorno es impresionante. Aunque se puede llegar en coche, nosotros optamos por subir en teleférico hasta la «parte inferior» de la meseta, desde donde podréis subir andando (no menos de media hora) o tomar un telesilla hasta el pueblito de pastores. Merece mucho la pena. Una vez allí, podréis probar la leche recién ordeñada, el queso tradicional, la rica sidra y por supuesto realizar alguna de las innumerables rutas.
Además, las casas son muy curiosas. Es un entorno precioso y para nosotros fue una de las excursiones más bonitas que realizamos.
Llevad ropa de abrigo para la excursión ya que las temperaturas bajan bastante en Velika Planina. Como curiosidad, en el pueblo veréis las vacas sueltas por doquier (recordad que es un pueblito de pastores), ¡a los niños les encantará!
4- Kranska Gora y los saltos de esquí en Planica
Kranska Gora es uno de las estaciones de esquí más famosa y populares de Eslovenia. Además, si por algo es famosa también es por los campeonatos del mundo de salto de esquí que se realizan todos los años allí. Las pistas de salto de esquí se pueden visitar y son super curiosas.
En nuestra visita tuvimos además la suerte de que ¡estaban practicando saltos!. Las pistas son de diversos tamaños, unas enormes para los adultos y saltadores expertos, y otras más pequeñas para los niños que se inician en el deporte del salto de esquí. Al llegar, nos encontramos con un grupo de adultos y otro de niños que estaban practicando saltos y fue increíble. Si los saltos de los adultos impresionaban, los de los pequeños eran increíbles, como niños de tan corta edad podían hacer tremendas hazañas. ¡Nos encantó!
Acercaros a las pistas para verlas en toda su dimensión y que los niños se hagan una idea del tamaño de los saltos. Si tenéis suerte como nosotros y coincidís con algún grupo que está entrenando, alucinaréis.
4- Un paseo hasta la Cascada Pericnik
¿Alguna vez vuestros peques han paseado por detrás de una cascada? Si la respuesta es no, esta ruta a la cascada Pericnik os encantará. Se trata de una ruta cortita, media hora máximo y porque la primera parte es cuesta arriba, pero cuando alcancéis el tramo final y lleguéis a la cascada, merecerá la pena. La fuerza del agua y la posibilidad de pasar detrás y tener justo delante tuya el agua cayendo es impresionante. Eso sí, por el tramo de la cascada id con cuidado.
5- Un imprescindible: Lago Bled
Si hay un lugar que realmente quería visitar en Eslovenia, era el Lago Bled. Había visto tantas fotografías de esa pequeña isla en mitad del lago que cuando la tuve delante apenas podía creerme que estuviese allí. Eso sí, tened en cuenta que es una zona muy turística y que por tanto, vais a encontrar mucha gente. Pero para mí es uno de los imprescindibles. Entre las actividades que se pueden hacer está visitar el castillo de Bled, hacer una excursión en barquita hasta la isla, pasear por el pueblo o bañarse en el lago. Nosotros, buscamos un sitio tranquilo y con buenas vistas y nos dedicamos a disfrutar del agua y del lugar.
Si buscáis bañarse en el lago Bled con los peques, el mejor lugar es la zona que se encuentra justo en frente del camping Bled. Más tranquila y con unas vistas chulísimas de la pequeña isla. Nos lo recomendaron también nuestros anfitriones y allí fuimos nosotros. ¡Ah! y no os olvidéis probar la «kremsnita» un rico y cremoso pastel típico de la zona y reservar un rato de vuestra jornada para divertíos en el tobogán de verano que os cuento a continuación.
Si os apetece bañaros pero preferís un lugar más tranquilo, a unos 25 km encontraréis el Lago Bohinj, no tan turístico como el Lago Bled. Nosotros no lo llegamos a visitar, pero nuestros anfitriones nos lo habían recomendado. Otra opción cercana a Bled es la Ruta Vintgar Gorges (garganta del Vintgar).
6- Adrenalina en Straza-Bled y su Tobogán de verano
El parque de Straza-Bled está ubicado al lado del Lago Bled y es super divertido para ir con los peques. Es una especie de parque de aventuras en una pista de esquí, que en verano tienen un montón de actividades y colchonetas varias. La mejor, el tobogán de verano que se desliza por toda la pista. Para subir, un telesilla te lleva hasta la parte superior de la pista para después, en el llamado tobogán de verano deslizarte hasta la parte inferior. Mis hijos alucinaron.
En la parte superior de la pista, las vistas son increíbles de todo el Lago Bled, y además encontraréis también un parque de aventuras (Itinerario a través de los árboles) para seguir disfrutando antes de deslizaros por el tobogán.
Para que los más pequeños se puedan montar en el tobogán, es posible que los adultos los lleven consigo. A medida que vas bajando por el tobogán ves el Lago Bled en todo su esplendor, abajo esperándote. ¡Una maravilla! Si no os atrevéis a montaros en el tobogán, igualmente merece la pena que subáis en el telesilla por las vistas. ¡Ah! y encontraréis un bar donde tomar algo y recuperar las fuerzas.
7- Ruta del Vintgar Gorges (Garganta de Vintgar)
También muy próximo al Lago Bled, tenéis la posibilidad de realizar la ruta de la Garganta de Vintgar, una pintoresca (y concurrida) ruta en paralelo al río Radovna y cuyo entorno es una maravilla. En nuestro caso, realizamos la ruta por la mañana, y desde allí, una vez terminada nos dirigimos al Lago Bled para relajarnos en sus aguas.
El acceso a la ruta dispone de parking gratuito aunque luego para poder acceder a la ruta, hay que pagar entrada. Se trata de una ruta de ida y vuelta paralela al río y en la que en algunos momentos podéis apartaros y sentaros en la orilla del río a descansar. Al final del primer tramo os encontraréis un puente sobre el que podréis disfrutar de la cascada de Sum, reclamo de la ruta, y un puesto donde coger fuerzas con un buen helado. Y lo del helado es bien recomendable ya que aunque la ruta no tiene dificultad, se hace un poco larga, especialmente si vais con los niños. En cualquier caso, es una ruta preciosa ya que se encuentra en pleno Parque Nacional (Triglav) y transcurre por pasarelas de madera. Eso sí, cuidado con los más peques y las barandillas.
6- Descubrir Liubliana
Una auténtica ciudad de cuento. Con su dragón como icono y símbolo que la protege, su Puente de los Dragones, el Puente Triple (sí, triple), su castillo y en definitiva su ambiente único. Os recomiendo un paseo por el río (aunque es la zona con más gente), con sus bonitas vistas, sus bares, sus puestecitos, su mercado central y sus plazas. Además, para los peques, os recomiendo un paseo por el Parque Tivoli (el parque más grande de la ciudad), donde encontraréis diversas zonas de columpios; y La Casa de los Experimentos, ¡super divertida!
9- Las espectaculares Cuevas de Skocjan
Cuando visitéis Eslovenia os encontraréis con dos cuevas especialmente famosas las Cuevas de Skocjan y las Cuevas de Postojna. Según nos contaron, cada una tiene su encanto y ambas son maravillosas. A nosotros nos costó mucho decidir cuál de las dos visitar, y finalmente elegimos la cueva kárstica de Sckockjan. Y FUE ESPECTACULAR. En otro artículo os lo contaré en detalle pero en las Cuevas de Sckockjan podréis pasear por el cañón subterráneo más profundo del mundo (146 m), ver cascadas subterráneas (en toda la cueva hay 26), enormes salas, espectaculares estalagmitas y estalactitas gigantes que miden hasta 15 metros y el impresionante río kárstico subterráneo. Estas cuevas están declaradas Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Además, durante la visita guiada, cruzaréis puentes colgantes y os aseguro que visitar esta cuevas es como sentirte dentro de las Minas de Moria. Literalmente. No os las perdáis. Los niños alucinaron.
Al entrar en la cueva, algunos de los peques que iban en nuestro grupo guiado, les dio miedo antes de entrar. Por ello, quizás es buena idea que le expliquéis a los niños antes lo que vais a vivir. Aunque la entrada es a través de un pasillo, las dimensiones de la cueva dentro son enormes, techos y profundidades increíbles por lo que nosotros no sentimos agobio ni sensación de estar «encerrados» en ningún momento. A modo de recomendación, las temperaturas son frescas dentro de la cueva por lo que es buena idea llevar algo de abrigo por si acaso. ¡Ah! y calzado adecuado!. Por último, no os olvidéis de contarles que estas cuevas son el hogar del Pez Humano, una especie endémica muy curiosa.
11- Piran y la costa eslovena
Eslovenia solo tiene 46 km de costa, así que bien que se puede hacer una excursión de día para disfrutar del Adriático. En esta pequeña costa os podéis encontrar ciudades como Koper, Izola, Portorož y Piran. De hecho, se puede ir andando desde Portoroz hasta Piran por la costa, con un bonito recorrido de 3 km.
Nosotros nos centramos en Piran y recorrimos sus encantadoras callejuelas, de influencia veneciana. Dicen que es una de las ciudades más fotogénicas de Eslovenia y bien merece la pena subir hasta su zona alta para disfrutar de las vistas de la costa, pasear por su plaza, o coger un sitio en la línea de costa para disfrutar de las aguas del Mar Adriático. Eso sí, es importante que no esperéis playa de arena. Tanto en Piran como en muchas otras ciudades de la costa Adriático, la arena no existe y os encontraréis una costa de hormigón, con escaleras metálicas que te permiten acceder al agua. Pero el azul y la transparencia del agua…¡añucinante!
Podéis visitar las salinas Sečovlje, hacen talleres muy chulos y es muy interesante conocer el proceso de extracción de sal.
¿Qué os ha parecido? Poco a poco os iré dando detalles de cada excursión y de todas nuestras aventuras eslovenas, pero sirva esto a modo de introducción, para despertaros la curiosidad y el interés por este maravilloso país.
Qué sitios tan chulos para conocer en familia junto con los niños. Lo de las pistas de saltos de esquí me ha parecido súper original.
Gracias por el artículo. Un saludo