Una de las visitas que más ganas tenía de hacer al realizar la pasada escapada a Cantabria, era volver a encontrarme frente a frente con El Cable. Ya habíamos realizado el trayecto de este espectacular teleférico en nuestra primera incursión a la zona hace ya algunos años, con la peculiaridad de que, por aquel entonces, mi pequeñita aún no existía.
Ahora, hemos vuelto los cuatro y de nuevo, hemos sentido las hormiguillas en el estómago al verte colgado y en movimiento de la cabina, en medio de la inmensidad del paisaje de los Picos de Europa, en un recorrido de casi 4 minutos en los que se sube hasta los 1800 m de altura. Os aseguro que es toda una experiencia para adultos y para peques.
Fuente Dé es una zona turística donde además de la estación del teleférico, podéis encontrar el Parador de Fuente Dé. Para llegar hasta esta zona, lo hicimos siguiendo la carretera desde Potes (N-621), pasando por Espinama, cuyo trayecto es de aproximadamente 20-30 minutos. Nosotros tardamos desde Somo casi dos horas en llegar.
Para acceder al teleférico debes adquirir la entrada directamente en la entrada de acceso al teleférico, tras esperar tu turno. El tiempo es un factor de relevancia en esta visita ya que según nos indicaban si está cubierto por ejemplo, los paisajes que puedes disfrutar una vez arriba del trayecto no se ven de la misma manera que si está soleado. La verdad que a este respecto, las dos veces que hemos visitado Fuente Dé, nos ha hecho un tiempo espectacular, con un precioso sol que nos ha permitido ver la inmensidad del paisaje en todo su esplendor.
El reencuentro con el lugar fue muy divertido. La espera de la corta cola que había se nos pasó muy rápido, porque todos estábamos un poco nerviosos pensando donde nos íbamos a subir. Los peques, como campeones, miraban hacia arriba y aunque veían la distancia y la altura, en el fondo yo creo que no eran muy conscientes de dónde y cómo íbamos a subir «hasta la cima de la montaña». De hecho, cuando nuestra cabina llegó y los pasajeros que volvían la abandonaron, mis peques corrieron para entrar en ella, y poder así colocarse en un lateral pegados al cristal. El trayecto de 4 minutos lo hicieron muy bien, sin perder un ojo de la subida. Al mayor, lo que más le impresionó, sorprendementemente, fue la llegada. Al acercarse la cabina a la estación final, de repente se asustó, pensando en cómo íbamos a salir de allí. Creo que se imaginó que debíamos pegar algún salto en la salida y la imagen de sí mismo saltando a esa altura no le debió gustar lo más mínimo.
Si queréis ver cómo es el trayecto de 4 minutos hasta llegar a la cima, aquí os la dejo. ¡Tal y cómo fue! 🙂 Así lo vivimos.
Arriba, todo estaba tal y como lo dejamos la última vez. Una cafetería con unas vistas impresionantes, donde recargar pilas o que los peques tomen algo, y una vez sales fuera un impresionante paisaje de pradera cortado por cimas increíbles a un lado y un infinita imagen de los Picos de Europa hacia el otro. El lugar es una maravilla.
La anécdota del momento fue la de subirse al mirador que allí os encontraréis. La primera vez que estuve allí, ¡no fui capaz de subirme!.
Se trata de una especie de balcón colgado, hecho de rejilla todo él, por lo que una vez te asomas al balcón, si miras hacia tus pies puedes ver el infinito bajo ellos. En esta ocasión, me armé de valor y nos subimos los 4 a él. Esas vistas son una de las mejores perspectivas del mundo que les puedes enseñar a tus hijos. Increíble.
En la zona, se pueden realizar varias rutas de senderismo. En esta ocasión, nosotros simplemente dimos un paseo para dirigirnos a una mancha de nieve que habíamos identificado a lo lejos, y a la que los peques tenían unas ganas inmensas de llegar. Ésa fue otra de las sorpresas del día. Llegar a la nieve y estar por un momento con las manos congeladas fue de los instantes más divertidos de la mañana.
Una de las diferencias respecto a la primera vez que visitamos Fuente Dé, fue que nos encontramos con El Portal de Picos. Cuando lo visitamos la primera vez, no nos encontramos con nadie específicamente dedicado a orientarte sobre las posibles rutas o actividades a realizar en Fuente Dé. El Portal de Picos es una empresa formada por chicos jóvenes que llevan a cabo diferentes actividades…desde rutas con esquí o raquetas, o trineos, en invierno, hasta escalada, rutas de senderismo, BTT, rutas a caballo, etc. en verano. Además, también venden o alquilan el material que puedas necesitar y te proporcionan la información adecuada para disfrutar al máximo tu visita a Fuente Dé.
Tienen su sede allí mismo, en toda la cima, con una tienda, en la que, podéis encontrar por ejemplo, mochilas porta bebés para alquilar. Así que, si subís a Fuente Dé, pero no habéis subido con la mochila para llevar al peque en la espalda….¡no hay problema!. Podéis alquilarla arriba. Me pareció genial la idea.
Nosotros pasamos en Fuente Dé solo una mañana pero os aseguro que es para pasar el día entero, hacer alguna ruta, disfrutar del paisaje y llevártelo en la mochila para casa.
Para los peques la orografía no es especialmente complicada (en ciertos tramos, con un poquito de cuidado basta), al menos en la zona más próxima que nos movimos nosotros. Sin embargo, yo no os recomendaría subir con carrito de bebé, ya que se haría complicado andar. Si los peques no andan aún o se cansan…a la mochila. Mucho más recomendable.
La bajada se hizo igual de espectacular que la subida. Peques emocionados y experiencia que se llevaron a sus espaldas. En esta ocasión, almorzamos en el restaurante de la base del teleférico, y finalizamos nuestra mañana lebaniega.
Cómo ya os dije tras mi primera visita a Fuente Dé, si vais por la zona, no os privéis ni a vosotros ni a vuestros lilliputienses de tremenda experiencia. Una muy bonita forma de asomar a los peques al mundo y una joyita más para incorporar a nuestra colección de momentos únicos :-).
¡Ah! Y cómo no podía ser de otra forma, aquí tenéis la foto en 2009 y la foto de 2015 🙂 en el mismo sitio. Anda que no mola ser 4!!!!!