Visitar el Museo Nemo con niños es una de las actividades más divertidas que podéis hacer si visitáis Ámsterdam en familia. Nemo es el Museo de las Ciencias en Amsterdam.
El edificio es llamativo, ya que simula la cubierta de un barco (bueno, en realidad de medio barco) y destaca sobre todo su terraza. Toda la cubierta superior del edificio es una terraza inclinada, desde donde puedes tener unas vistas espectaculares de Amsterdam. Es obra de Renzo Piano, famoso arquitecto italiano, autor también por ejemplo, del Centro Pompidou en París. Está ubicado sobre el Ijtunnel, que une el centro de Amsterdam con la parte Norte.
Nemo está situado a unos 10-15 minutos andando desde Amsterdam Centraal. Si os situáis con la puerta de la estación a vuestras espaldas, y miráis ligeramente a vuestra izquierda podréis distinguir la silueta inconfundible del edificio a lo lejos. Os recomiendo que vayáis andando. Es la forma más fácil de llegar desde Amsterdam Centraal (aunque vayáis con peques o con carrito). Nosotros, a pesar de preguntar en la estación y de que nos lo recomendaron, hicimos caso omiso, y cogimos el tranvía.
Tardamos el triple.
Se nos pasó la parada, y tuvimos que coger el tranvía de vuelta. Además, vivimos la anécdota de que mi lilliputiense pequeñina se quitó un zapato en el tranvía y lo tiró (sin que nosotros nos percatáramos). Al bajarnos del tranvía y darnos cuenta de que la moza iba sin zapato, tuvimos que esperar a que el tranvía volviera de vuelta en sentido contrario. Tres tranvías pasaron, tres… y finalmente, encontramos el zapato. ¿Os lo creéis?
El edificio está estructurado en una serie de plantas, de manera que la primera es para los más pequeños, y a medida que vas subiendo de plantas, también subes en edad. Nosotros empleamos casi todo el tiempo de nuestra visita en las dos primeras. El resto las vimos más rápido. Tened en cuenta que nuestros lilliputienses eran muy pequeños (3 y 1). Creo que para realmente disfrutar el parque la edad debe ser un poquito mayor (quizás a partir de 5-6 años).
En cualquier caso, los juegos con las pompas de jabón, con los espejos, y las bolas que circulaban por laberintos imposibles, hicieron que el lilliputiense mayor pasara un rato genial.
A mí personalmente me encantó la visualización gráfica del Teorema de Pitágoras, je, je 😀
Cuando accedes al edificio, en la primera planta, junto a los percheros para que dejes los abrigos, hay espacio también para dejar el carrito (si así lo deseas).
En cada planta dispones de una sala pequeña habilitada como «sala de almuerzo». En realidad, no es una sala, porque no está cerrada, sino que es una prolongación de la planta en cuestión. Allí encuentras microondas, un fregadero, tronas, mesas y bancos para sentarte, y en definitiva todo lo que necesitas para poder sentarte un ratito a almorzar o merendar. Puedes llevarte tu comida y almorzar allí (eso fue lo que hicimos nosotros). A mi me gustó mucho la idea.
Por supuesto, en los aseos disponías de una zona específica con cambiador.
En verano, la terraza está abierta. Y es lo más espectacular de todo el edificio. Toda la superficie de la cubierta es terraza al aire libre y se está genial. Allí encuentras un bar-cafetería. Es muy curiosa, ya que sigue la misma inclinación que el edificio. Hay puffs para que te tumbes al sol; juegos diversos como parchís, tres en raya, ajedrez, etc. Y una serie de canalizaciones de agua circulando por toda la cubierta, que le dan un ambiente divertido (tened cuidado con los niños un poco cafres como el mío, que acaban con sus posaderas metidas en el reguero).
Si no queréis visitar el Parque de las Ciencias, se puede subir solamente a la terraza a echar el rato. Merece la pena tomarse un café allí. Además, las vistas de Amsterdam son muy buenas. Eso sí, si vuestro hijo es muy pequeño, de los que recién se ha estrenado andando…tened cuidado que no se embale terraza abajo….
Mi opinión sobre Nemo es en general, buena. Aunque en nuestro caso, podríamos haberlo disfrutado más si nuestros peques hubiesen sido un poco mayores.
Nosotros estuvimos unas 4 horas aproximadamente dentro del Parque (con almuerzo incluido). Combinamos esta visita por la mañana-mediodía, con una vuelta por el Barrio Rojo (mientras los peques dormían la siesta en el carrito) y luego por el centro de Amsterdam. Cenamos en un indonesio, Aneka Raasa, que nos encantó (pero eso ya os lo contaré en otra ocasión ;-)).
Un día muy completo para niños, para adultos y para todos juntos!!!!!!. Muy recomendable visitar el Museo Nemo con niños.
¿Encontraréis a Nemo? 😀
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Hola, acabo de conocer tu blog,me quedo por él cotilleando un ratito.
un saludo
Pues bienvenida seas!!!! Espero que te guste y que te quedes mucho, muuuuuuuucho tiempo. Un auténtico placer tenerte paseando por aquí. Mil gracias!