No podéis perdéroslo.
Se celebra todos los viernes del mes, desde abril a septiembre (de primer viernes de abril a ultimo viernes de septiembre), de 10.00 a 12.30. Y es espectacular. A nosotros nos encantó.
Puede que fuese porque se trataba de la primera excursión que hicimos nada más aterrizar en Amsterdam. Y lo vivimos con la ilusión de los recién llegados a los que les quedan 15 días por delante para disfrutar. El proceso me recordó a la subasta de pescado en las lonjas de los puertos. Si la habéis visto sabéis a lo que me refiero.
Alkmaar es un pueblecito al norte de Amsterdam, a unos 45 km aprox. Está muy bien comunicado por tren. Puedes cogerlo en Amsterdam Centraal y tardas aproximadamente unos 40 minutos en llegar. Nosotros así lo hicimos, siguiendo las indicaciones del blog que ya os he mencionado en otras ocasiones. Puedes ver aquí la descripción que hace sobre la visita a Alkmaar. Nosotros combinamos la visita al mercado por la mañana-mediodía y a la vuelta a Amsterdam visitamos los molinos de Zaanse-Schans, tal y como indican en ese blog. Y nos resultó un día genial.
El mercado del queso de Alkmaar se celebra en la Plaza del Peso Público (Waagplein) desde 1622. Esta plaza ha sido ampliada unas ocho veces hasta alcanzar la superficie actual.
Previamente al comienzo del mercado, los camiones llenos de queso se ubican en los alrededores de la plaza, y los quesos son trasladados hasta ella. Nada más y nada menos que unos 30.000 kg de queso Gouda y Edam son dispuestos en filas en la plaza, mientras unos inspectores observan que las piezas de queso «están presentables». Es impresionante.
A las 9.30 llegan los «portadores» del queso. Los portadores son los encargados de transportar el queso, a ser pesado y después, desde la plaza, a los camiones de los vendedores. Y es auténticamente genial. Entre dos portadores, llevan unas andas de madera colgadas de los hombros, para transportar las piezas. En cada viaje, pueden llevar unas 8 piezas de queso Gouda de 12 kg cada una (haced la cuenta…). Es muy curioso, porque ambos portadores deben llevar una manera propia de andar para que sea más fácil el transporte. Andan desacompasados y de esa manera las andas casi no se mueven.
Hoy día ser portador de queso es un honor dentro del gremio. Y lo que estuvimos leyendo sobre los portadores, es muy llamativo. Hay un reglamento interno, en el que se explica como deben comportarse. Por ejemplo, está prohibido decir palabrotas, y al que llega tarde, se le inscribe en el «tablón de la vergüenza» y se le pone una multa.
A las 10.00 comienza el mercado. Suena una campana (tocada por invitados especiales de la zona: un deportista, alguien de la tele…) y entonces los inspectores (que se encargan de valorar el queso) y los comerciantes comienzan a trabajar. La negociación del precio se realiza por regateo. En el momento que vendedor y comprador se dan la mano, el acuerdo queda sellado.
Tras la venta, se procede al pesado del queso. El queso es transportado por los portadores al edificio del Peso Público (Waaggebouw), justo en la Plaza. Y desde allí, de vuelta a los camiones. A las 12.30, suena otra campana y toda la plaza debe estar libre de queso. El edificio del Peso Público es la sede del museo holandés del queso. Nosotros no entramos.
Cuando llegas a Alkmaar, debes dirigirte desde la estación hasta la Plaza del Peso público. Debería darte alguna recomendación, aunque no es necesario. Prácticamente el 90% de las personas que se bajan del tren van hacia allá, con lo que solo tienes que seguir a la «marabunta» ;-). Tardamos unos 10-15 minutos andando. Antes de llegar a la plaza, encuentras una gran cantidad de puestos ambulantes de productos típicos.
Te recomiendo que llegues temprano. La plaza está vallada durante el transcurso del mercado y la gente se dispone alrededor, con lo que si vas con peques puede resultar algo incómodo llegar hasta ella. A nosotros nos costó bastante, de hecho. Y es que hay mucha gente. En algunos momentos nos resultó un poco agobiante, sobre todo hasta que conseguimos ubicarnos en una de las esquinas donde había menos gente. Y es mejor llevar portabebés. Con carrito es bastante complicado moverte en la plaza. Precisamente por esto, no llegamos a entrar en el edificio del Peso Público durante el pesado. Y según parece, puedes montarte en las básculas para que te hagan la correspondiente foto ;-). Y estad atentos cuando quede poco para que el mercado finalice, porque cuando ya quedan pocas piezas de queso, los portadores suben a los niños en las andas y los pasean por la plaza. Ese día mi lilliputiense mayor no estaba por la labor y no se quiso montar, pero los que lo hicieron iban muertos de risa.
En cualquier caso, mi peque mayor…alucinó, literalmente con los quesos. En concreto, con el tamaño de cada queso.
Durante la celebración del mercado, unas chicas vestidas con la indumentaria típica, pasean entre la gente y ofrecen probar queso, con el objetivo de vender unos packs con 3-4 tipos de quesos.
Alrededor de la plaza tienes muchos restaurantes donde puedes almorzar. Y puestecitos ambulantes. Y cafeterías chulísimas. En Alkmaar, fue la primera vez que probamos las famosas poffertjes, unas tortitas pequeñas, a las que les echas caramelo, chocolates, o diferentes siropes….MUY BUENAS! Y a los niños les encantaron. Además vienen decorada con banderitas holandesas, y eso le encantó a los míos (aunque cuidadín con el palillo que se mete por lugares inadecuados y acabamos tuertos…).
Tras el mercado, os recomiendo que busquéis un puesto situado justo a la espalda de la plaza, en el que puedes realizar una degustación de quesos gouda y edam. Si os gusta el queso, ¡ES IMPRESCINDIBLE!. Por 3 € puedes probar 5 quesos (bueno, tengo que aclarar que yo soy adicta al queso). Y es que todos están buenísimos. Hay gouda con especias varias, pero es que hasta el gouda normal, está increíblemente bueno. Todos comimos mucho, mucho queso (a mis lilliputienses les gusta el queso tanto como a mi).
Nosotros vimos el mercado, almorzamos y tras dar un paseito tranquilo por Alkmaar, nos fuimos a Zaanse-Schans.
En definitiva, esto fue lo que nosotros hicimos. El mercado del queso nos pareció muy divertido. Lo pasamos genial. Mi lilliputiense mayor estaba «alucinao» y terminó de «alucinar» cuando visitamos los molinos por la tarde. Muy, muy recomendable.
Si sois como yo, unos pequeños ratones, es una visita imprescindible :-D.
AAAAAHHHHHHH!!!! Somos fans acérrimos de los poffertjes!!!!!!!
Por qué no se pueden comprar en España? Por qué?
Hasta estuvimos buscando una plancha con forma de huevera como la que tienen ellos allí para intentar hacerlos en casa. Nuestros primeros meses al volver de Amsterdam tuvimos un mono terrible. Ahora ya se nos está pasando… 😛
Te entiendo…yo aún sueño con ellos…habrá que volver pronto, no? 😉
¡Qué buena pinta! Los quesos, las tortitas y Alkmaar. Tomo nota de todo para el próximo viaje a Holanda. Y, mientras, busco la forma de que mi hijo no se abalance sobre tanto Gouda y Edam. ¡Qué peligro! Tanto queso junto y tan cerca.
ja, ja, jaaaa…si, eso suele ocurrir. En mi caso, el mayor es también todo un ratoncito y no había manera que dejase de comer queso. Sin duda, si tienes la oportunidad, no te lo pierdas :-D. Está genial. Un abrazo y buena Semana Santa!