Hace unos años, antes de que los lilliputienses estuviesen en el mundo, hicimos una escapada a La Rioja.
Fue una fantástica ruta de bodega en bodega, que nos permitió, además de descubrir unos paisajes espectaculares, conocer diversas bodegas y degustar sus exquisitos caldos.
Para nosotros fue un viaje magnífico (será en parte por el «defecto profesional»), en el que disfrutamos mucho y del que tenemos muy buenos recuerdos.
Ahora que los lilliputienses ya están con nosotros, el mundo del vino y de la vid siempre ha sido un tema que hemos querido trabajar con ellos. Visitas a bodegas, paseos y experiencias «en campo» (en Córdoba tenemos la suerte de contar con una denominación de origen) o el simple detalle de dejarles que huelan o que «prueben» (por qué no) una copa de vino… Siempre nos ha gustado hablarles y enseñarles poco a poco el arte de hacer vino. Porque es un arte… (por ahí tengo un par de amigos que incluso me dirían que es mucho más, ¿a que sí?)…
La Rioja es uno de los lugares a los que nos gustaría mucho volver, quizás con un recorrido menos intenso que el que hicimos aquella primera vez para poder hacerlo compatible con los peques.
Buscando esta compatibilidad, he recordado el complejo enoturístico que visitamos (y que nos encantó) en nuestra primera visita: Vivanco.
Ubicado en Briones, fue todo un descubrimiento para nosotros. No habíamos oído hablar de él hasta la fecha y nos sorprendió muy gratamente por su grandiosa presencia, pero sobre todo, por el genial compendio de actividades en torno al mundo del vino que ya en aquel momento ofrecía.
Nuestra visita consistió en paseo por la bodega, viñedos, museo (en sus instalaciones se encuentra el Museo de la Cultura del Vino), almuerzo en su restaurante con degustación de vinos e incluso un curso de mañana de cata (que os recomiendo)… Os aseguro que es una auténtica pasada.
La visita a una bodega es una experiencia que suele gustar mucho a los peques. Las barricas suelen llamar mucho la atención y el proceso de elaboración también es algo que les despierta mucho la curiosidad. Me imagino que la espectacularidad de Vivanco, junto a todos los detalles que se pueden aprender en su Museo, darían mucho juego para una visita con los pequeños.
En Vivanco, la bodega es subterránea. El edificio se realizó bajo el suelo con el objetivo de eliminar la menor parte posible de viñedo y para minimizar el impacto ambiental a favor de la conservación del paisaje. Además, así también se lograba favorecer unas condiciones de temperatura y humedad equilibradas de manera natural todo el año, imprescindibles para la buena conservación y crianza del vino en barrica o en tino de roble.
La finca que rodea a la bodega se llama la Finca El Cantillo (el nombre lo recibe porque hay una gran cantidad de cantos rodados en el suelo). La variedad fundamental es el tempranillo, pero también pueden encontrarse otras como Graciano, Garnacha, Mazuelo, Viura, Malvasía etc.
Pero Vivanco es mucho más que una bodega, que cuenta con más de 100.000 visitantes al año. Me ha sorprendido gratamente descubrir que cuenta con el Certificado de Excelencia 2014 de Tripadvisor, con lo que os puede dar una idea del grado de satisfacción que los visitantes alcanzan con la visita a sus instalaciones y la realización de las actividades que allí se ofrecen.
Me ha encantado retomar el contacto con esta bodega. Si ya en el momento de mi visita, hace ya unos años, me pareció muy completa, ahora he podido observar como esta trayectoria de diversificación de actividades en torno al mundo y a la cultura del vino se ha mantenido con un ritmo exponencial y además, orientada a toda la familia. Sin duda, debido al origen familiar de este espacio.
Dentro de su oferta de experiencias, se encuentra, la visita a su espectacular bodega, su museo centrado en compartir toda la historia del vino a través de obras desde romanas y egipcias hasta trabajos contemporáneos del nivel de Miró o Picasso, o su restaurante creativo y sofisticado. Todo esto, junto con el hecho de encontrarse en un paraje precioso, en Briones (La Rioja), hace de Vivanco una parada imprescindible en todo recorrido que se plantee por esta zona. Es una maravilla hacer la visita con los peques y hacer que vean, huelan, y toquen en primera persona para vivir la experiencia.
Pero esto no es todo. Si aún no fuese suficiente para los peques el recorrido por la espectacular bodega o por el precioso entorno (entre otras opciones), Vivanco ha puesto en marcha un programa de actividades específicas para acercar el mundo y la cultura del vino a los más pequeños. ¿A que mola?
Este programa de actividades infantiles tiene una doble vertiente: actuaciones en centros escolares así como en sus instalaciones (dispone en ellas de un espacio denominado Departamento Educativo orientado a los más pequeños).
Todos los sábados, por ejemplo, realizan talleres infantiles para que los niños experimenten y se acerquen al mundo del vino en familia. También durante el mes de Agosto, tienen abierto un espacio permanente de experimentación con los materiales utilizados en la bodega, con la intención de que los más pequeños vivan una experiencia paralela a la de los adultos en torno a la Cultura del Vino. Y por citaros alguna más de sus actividades, os destaco el Programa Anual de Talleres Creativos en familia, o talleres específicos que realizan en fechas determinadas (por ejemplo en puentes o determinadas fechas festivas).
Me ha encantado.
Os aseguro que la visitaremos de nuevo con los peques, y entonces…os lo contaré con todo lujo de detalles.
Os dejo un bonito vídeo de este espacio enoturístico para que tengáis una panorámica más completa de cómo es… Si estáis por La Rioja, no dudéis en hacerles una visita (y luego me la contáis, please!).
[vimeo https://vimeo.com/81548253]
¡Buen mes de Agosto!