Ya muchos sabéis que este verano nos hemos dedicado a conocer la bella zona francesa de Normandía. Con dos semanas magníficas y un intercambio de casa aún más estupendo hemos podido recorrer en coche algunos de los puntos principales de la región con tranquilidad y disfrutando al máximo cada día.
Normandía está ubicado al noroeste de Francia, entre la Bretaña Francesa y París. Presenta una muy buena ubicación si queréis continuar vuestro itinerario en algunas de las dos regiones. Está dividida en dos zonas: la Alta y la Baja Normandía y consta de 5 departamentos: Calvados, Eure, Mancha, Orne y Sena Marítimo. Nosotros nos alojamos en la zona del Sena Marítimo, en la Alta Normandía, en un pueblecito llamado Barentin a unos 15 minutos de su capital, Ruan.
Normandía nos ha parecido una zona ideal para visitar con niños. Aunque en posts posteriores os iré desgranando los detalles y planes, si os estáis planteando visitar esta zona, me gustaría dejaros algunos de los lugares que conocimos y que nos encantaron. Aunque… ¡seguro que hay muchos más! y si los descubrís…¡espero que también me los contéis!.
Los lugares que recorrimos los podéis ubicar en el mapa que os muestro a continuación (incluída la visita a París).
¿Vas a Normandía con niños? No te pierdas…
1- Rouen
Preciosa ciudad y “capital” de la Alta Normandía. Con sus calles de cuento, su impresionante catedral, la presencia de Juana de Arco, y un montón de actividades, os encantará descubrirla y pasear por ella. A pie, en bici, en trenecito turístico…¡no os la perdáis!. Nosotros la disfrutamos mucho. Fue nuestra primera toma de contacto con Normandía y los peques alucinaron con ella: su puente, el Sena, su reloj…muchos detalles que descubrir.
2- Los acantilados de Étretat
Este bello pueblo costero y sus espectaculares acantilados para mí, son uno de los imprescindibles en la alta Normandía. Con marea alta podrás pasear por lo más alto de los acantilados, sintiéndote gaviota a punto de comenzar el vuelo (y te aseguro que te asombrará la altura y tamaño de los acantilados) y con marea baja además, podrás pasear por la orilla de la playa, entre las diferentes formaciones y tenerlas sobre tu cabeza. Sea cual sea la opción que escojáis (o ambas), os sobrecogerá y es un punto magnífico para que los peques aprendan muchas cosas y se sientan aún más pequeños ante las maravillas de la Naturaleza. Un buen lugar para comenzar a “estudiar” la acción de las mareas.
3- Las playas del Desembarco de Normandía
Obligada visita. Bellas playas que esconden el trágico desembarco, y que al menos a mí, me impactaron sobremanera y me ayudaron a comprender la magnitud de lo que allí ocurrió. En cuanto a número de personas, la propia extensión de las playas…la visita continuada por los diversos lugares en los que ocurrieron los hechos, hacía que entrases en una espiral en la que poco a poco ibas atando cabos y aumentando tus emociones al respecto. En realidad, la sucesión de playas, cementerios de diferentes nacionalidades, pueblos, museos, etc. configuran una especie de “parque temático territorial” en el que en cada rincón queda patente la fuerza de los acontecimientos que allí ocurrieron. Lección de historia para los peques, que además se siemten también impresionados por la existencia de tanques, cañones, y armas varias por doquier. Muy diferente a lo que habían conocido hasta ese momento.
4- El Mont Saint Michel
Para mí, EL LUGAR (con mayúscula) en Normandía. Es cierto que hay muchos lugares preciosos, pero que desprendan esa magia y que te impresionen de tal manera cuando descubres su silueta en el horizonte…no. Un lugar único en el mundo. Para nosotros era la segunda vez que lo visitábamos, aunque sí era la primera que los peques lo hacían. El impacto de ver subir la marea, andar alrededor del monte, hundiendo los pies descalzos en el monte, callejear hasta llegar a la Abadía y asomarnos a cada momento a ver por donde viene el agua…Sin duda, el Monte fue uno de los grandes momentos de nuestra experiencia en Normandía. Eso si, se trata de un lugar muy turístico y por ello, os lo encontraréis lleno de gente. Nos han comentado que por la noche está más tranquilo, y que es también muy bonito y sobrecogedor descubrir el Monte iluminado. Como esta experiencia no la vivimos…habrá que volver pronto.
5- La ciudad de Hornfleur
Precioso pueblito en la Alta Normandía, en el que te sientes transportado a otra época. Su puerto pequeño y simplemente “bonito”, la gran noria que te recibe al entrar, ese carrusel de antaño que te encuentras al llegar a la zona “más turística”…merece un buen paseo, algo fresquito en alguna de sus terrazas, o parar a comprar algún recuerdo en una de sus muchas tiendas. Por supuesto, mis peques se montaron en el carrusel. Y eso que yo pensaba que eran pequeños ya para él pero se ve que les resultó tan atractivo para ellos como para mí.
6- Las playas de Deuville
Si visitas Hornfleur y te desplazas en coche, en muy poco tiempo podrás llegar hasta Deuville, antesala de la desembocadura del Sena y caracterizada por ser lugar de veraneo (y de casinos). Sus espectaculares playas (sobre todo en marea baja, con la que podrás andar sin ver casi el final) volcadas al Canal de la Mancha, merecen la visita. Intenta ir un día de buen tiempo (aunque decir esto en Normandía no es nada fácil). Nosotros fuimos un día lluvioso y en cualquier caso, son espectaculares. Los niños pudieron correr a sus anchas (teníamos la playa para nosotros), meter los pies en arroyos en la arena y en la misma orilla (la temperatura y el oleaje no se prestaba a más) y disfrutamos todo de un paisaje que en definitiva se nos antojaba majestuoso.
7- Cruzar el Puente de Normandía
Sin duda una experiencia divertida al ir con peques. Tendrás que pagar 5 euros por poder cruzarlo, pero mola ir viéndolo aproximarse y decir…”¡¡¡por ahí vamos a pasar!!!”; sentir como subes y bajas (cual montaña rusa) y vivirlo al menos una vez. A nosotros nos encantó y si no hubiese sido por los 5 euros…¡hubiésemos vuelto más de una vez, os lo aseguro!
8- Pasar un día en un “Base de Loisir”.
En nuestro periplo por Normandía hemos descubierto el concepto de Base de Loisirs. Estas áreas recreativas estás por toda Francia, no son exclusivas de la zona y son absolutamente espectaculares. En nuestro caso, la que más frecuentamos (por proximidad) fue la del pueblo de Jumiéges, en la que habían formado una especie de lago del Río Sena, para que la gente pudiese bañarse. Además de la zona de baño, actividades náuticas (piragüismo, etc) completaban la zona acuática, así como bares, zonas de picnic, zonas de hinchable para los más pequeños, mini golf, zona de tirolina y multiaventura…¡un montón de opciones para pasar alguno de los escasos (sí, muy escasos) días soleados de la bella Normandía. Bien recomendable, confundirse con los locales, y relajarse uno o varios días en una de éstas áreas. En la de Jumieges, el acceso es gratuito, pero di quieres utilizar alguna de las actividades, si debes pagar. La zona de “playa” también es gratuita.
9- Hacer alguna de sus bellas rutas.
Porque en Normandía os encontraréis senderos de cuento. Bueno…hay muchas cosas de cuento allí. Ya sabéis que nos encanta andar. Y en esta zona hay muchos senderos definidos para poder disfrutar de la frondosa vegetación y del verde. Porque si hay un color que define a Normandía es el VERDE. ¡No he visto más tonalidades de verde en mi vida!. En nuestro periplo francés dedicamos dos días a mezclarnos en el verde haciendo rutas, y fue muy recomendable.
10- Perderte en sus pueblecitos de cuento.
Lo mejor es disponer de coche y recorrer la zona con tranquilidad. Nosotros nos centramos fundamentalmente en la zona de la Alta Normandía, que era donde nos alojábamos. Jumieges, Lyon la Foret…muchos pueblos que os cautivarán. Esta zona además, es una zona rural que no tiene muchos turistas y te sentirás muy tranquilo. Por un momento dudarás de hasta si eres francés. Cómo curiosidad, nosotros además seguimos la llamada “Ruta de la Fruta” en la Alta Normandía, que se trata de una ruta por las diferentes explotaciones frutales de la comarca. Es genial porque aunque está hecha bajo un punto de vista comercial (es obvio), pruebas increíbles fresas, peras, (bueno depende de la época en la que vayas). Yo creo que no he probado fresas más buenas que las de allí. Eso sí, vuelves a casa con fruta para toda una semana.
11- Visitar el Parque de animales de Cleres
Fue el regalo de cumpleaños de mi pequeñita. A ella le encantan los animales y pidió como regalo ir a algún lugar en el que pudiésemos verlos. Se trata de un precioso parque en el que los animales se encuentran en semilibertad (y vendrán a comer de vuestra mano). Garzas, todo tipo de patos y aves, pavos reales, ciervos, los divertidos wallabies convirtieron nuestro día en una agradable jornada que aunque, estuvo lluviosa, acabó con un sol encantador en un espectacular paisaje verde. Muy chulo y recomendable si vais con peques.
12- Dejarte atrapar por su gastronomía.
Esto es válido quizás para toda Francia. Nosotros en Normandía hemos disfrutado muchísimo de los productos propios y frescos. Al estar alojados en un pueblo pequeño hemos tenido más contacto con determinados productos (creo que de habernos alojado en otro lugar probablemente esto no hubiese ocurrido).
Hacíamos la compra en un supermercado-granja en el que con un carrito pasabas por las hileras de plantas y escogías las que querías; hemos hecho rutas en la que entrábamos en las explotaciones de productores y nos enseñaban sus productos y métodos; hemos bebido más sidra de pera que en nuestra vida (en realidad, nunca habíamos bebido sidra de pera); nos hemos hinchado a queso, y por supuesto bebido Calvados (esto no es apto para lilliputienses).
Al alojarnos en una casa, también nos ha permitido disfrutar de las especialidades gastronómicas a nuestro ritmo y de forma relajada.
Vamos, que sea como sea…hincadle el diente a Normandía.
Estas son algunas de nuestras sugerencias, como veis gran parte de ellas están ubicadas en la zona de la Alta Normandía, ya que por proximidad con nuestro alojamiento nos hemos movido más por allí, pero si alguien quiere complementar con más sugerencias en la parte de la Baja Normandía…¡soy toda oídos!