Poco a poco os voy completando la agenda del último viaje a Alemania realizado, en concreto y como ya sabéis, a la región de Rheinland-Pfalz. Fue un viaje corto, pero muy intenso y lleno de buenos recuerdos.

En esta ocasión, me gustaría daros algunos detalle de nuestra excursión al poblado celta Keltensiedlung Altburg en Hunsrück. Esa excursión fue muy especial ya que permitió a los lilliputienses correr a sus anchas por la zona y disfrutar de los paisajes y en general del entorno. Tengo un recuerdo fantástico de ese día. Una mezcla de mañana soleada con tarde lluviosa, de tranquilidad y carreras, de misterio y bosques mágicos…y como siempre, de risas y por supuesto, de llantos a la hora de la partida.

Como todas las excursiones que hicimos en este viaje, estaba muy cerca de nuestro “centro de operaciones” en Herborn. Tardamos en coche unos 20 minutos en llegar. El poblado se encuentra en una meseta de casi una hectárea de superficie, en un entorno espectacular de vistas preciosas, e integrado en un conjunto formado por una cantera de pizarra (también visitable con guía) y el castillo celta de Schmidt, ubicado en la colina de enfrente.

Dejamos los coches, en la carretera, en el lugar señalizado para tal fin, y seguimos andando. En general, es mucho más recomendable no llevar carrito, ya que para visitar los diferentes puntos, hay que atravesar senderos, puentes, subir algunas cuestas y en definitiva, se haría muy pesado con un carrito.

Todo en el conjunto parece efectivamente sacado de una leyenda…el “bosque mágico” como le llamó mi lilliputiense mayor desde que cruzamos el acceso al conjunto, bien custodiado por dos tótems celtas, uno a cada lado del camino que llevaba al poblado.

Desde la meseta donde se encuentra el poblado las vistas son preciosas.

El poblado era un recurso rehabilitado a través de la Iniciativa Leader + (lo siento, esto es deformación profesional), y el acceso al mismo se hacía con un guía de habla alemana (bienvenidos a la Alemania rural) con lo que Gulliver pudo una vez más, practicar su alemán y yo…esperar que alguien me tradujese :-D.

La visita guiada por el poblado fue muy curiosa. El poblado era circular, y las casas rehabilitadas estaban intactas. Pudimos visitar su interior y contemplar con estupor (al menos por mi parte) como en una de ellas vivía el “guardián” del poblado…un individuo bastante peculiar de larga barba, y sin zapatos que se encargaba de realizar las labores de mantenimiento allí. Nos contaron que, una vez al año, en Agosto, se celebra allí el festival celta de Altburg, donde se reunen músicos y artesanos importantes. Se organiza un mercado así como actividades varias durante todos los días que dura el festival.

Desde la meseta en la que se encuentra el poblado, se divisaba las ruinas del castillo celta de Schmidt. Una vez finalizada la visita al poblado, y tras realizar una parada para comer algo, nos dirigimos hacia el castillo.

Tengo que indicaros que allí no hay ningún tipo de cafetería o similar para tomar nada. En el punto central donde comienza el recorrido, si había una cafetería (aunque nosotros no la utilizamos), pero este punto está bastante separado del poblado y del castillo, con lo que debéis tenerlo en cuenta. Nosotros llevamos bocatas para todos y fruta, y para mi pequeñita, su puré calentito en un termo (elemento imprescindible en todo viaje :-D).

Para llegar al castillo, tuvimos que seguir la ruta adentrándonos en el “bosque mágico”…senderos, enormes árboles, puentes, riachuelos, colinas…todo eso nos esperaba. Alucinante. Pudimos tardar una media hora andando hasta llegar al castillo, y nos lo pasaos como los indios.

En las ruinas, los peques alucinaron. Estuvimos un rato correteando por todos sitios, e investigando cada una de las torres existentes.

Eso sí…la vuelta hasta el cohe, no fue tan “bucólica”…los lilliputienses no se querían ir, estaban cansados y además, empezó a llover…lo cual nos obligó, a pesar de llevar impermeables, a acelerar el paso. Llegamos al coche muy cansados, y agradecimos enormemente el calorcito de dentro. Los peques se durmieron nada más arrancar.

Como siempre…en casa nos esperaba una cena calentita, preparada al más puro estilo alemán, así como una post-cena, ya con los lilliputienses dormidos, en la que las cervezas, las historias, las confidencias y las risas, supusieron, sin ninguna duda, la mejor parte del viaje.

El día fue fantástico. Un día fácil, sencillo, lleno de carreras y lugares por descubrir. Todos lo disfrutamos mucho.

Y con esto, ya conocéis un poquito más de nuestro corto viaje y de la zona de Rheinland-Pfalz.

Espero que hayáis comenzado muy bien la semana, y que la disfrutéis mucho, mucho.

¡Feliz Lunes!

Si queréis conocer los detalles de este viaje…Puntos clave del viaje a la región de Rheinland-Pfalz (Alemania).