Aquí os dejo otra de las excursiones de las que disfrutamos en nuestro último viaje a Alemania (zona Rheinland-Pfalz).

Se trata de la visita a la mina de piedras preciosas de Steinkaulenberg, ubicada en Idar-Oberstein. Esta ciudad, de algo más de 30.000 habitantes, está situada en la región de Rheinland-Pfalz, y puede afirmarse que es la capital alemana de la industria de piedras preciosas. Su historia está ligada al tallado, pulido y grabado de estas piedras desde hace más de 500 años.

De hecho, Idar Oberstein supone el comienzo de lo que se denomina la Ruta de las Piedras preciosas (la versión en inglés la tenéis aquí), y en la que podéis encontrar 2 minas de piedras preciosas abiertas al público (las únicas en Europa), 60 talleres de artesanos donde se puede ver en directo como se trabaja con las piedras, diversos museos, etc. Incluso existen campos de extracción donde te puedes convertir en un auténtico buscador de gemas (en Steinkaulenberg). Nosotros no hicimos de mineros por esta vez (el tiempo no acompañaba mucho, así que esta experiencia no os la voy a poder contar).

Existen, en realidad, dos variantes de esta ruta: una ruta larga, de 48km o una corta de 30 km. Ambas son circulares. El plano de la Ruta, con los pueblitos que comprenden, lo encontráis aquí. La ruta amarilla es la larga, y la naranja la más corta. Dentro de esta ruta, os encontráis la preciosa ciudad de Herrstein (que os contaré pronto) así como Wildenburg, por donde podéis pasear con total tranquilidad y disfrutar del paisaje. En la web, podéis encontrar todos los recursos a visitar con la Ruta. Existe incluso la posibilidad de hacerla con guía.

En realidad, toda la zona se caracteriza por un precioso paisaje, con pueblitos aún más bonitos repartidos por doquier. El simple hecho de moverte por ellos, ya te transporta a un escenario de cuento de hadas.

Esta mina es una de las mayores minas de ágatas de Europa. Pero en ella se pueden ver además, brillantes cristales de roca, amatistas, cuarzo ahumado, calcita etc. Es realmente bonita.

La excursión, como todas, comenzó por la mañana, tras un buen desayuno. Fuimos en coche, y el trayecto desde Herborn fue de unos 15-20  minutos aprox. Ese día, nuestra preocupación a la hora de movernos era el tiempo, ya que estaba lloviendo, y no sabíamos si en algún momento nos daría un respiro.

Los lilliputienses disfrutaron mucho la visita. En particular, el mío mayor alucinó viendo las piedras preciosas en las paredes de la mina. Hasta el punto que, nos cogió la cámara de fotos y todo su afán era hacerle una foto a cada una de las gemas que se encontraba. Menos mal que la visita era guiada y no nos quedaba más remedio que seguir el ritmo del grupo, porque si no, aún estamos dentro de la mina haciendo fotos.

Las visitas a la mina, se hacen en grupos de 20 personas y son guiadas. Se realizan en alemán, aunque para todos aquellos que así lo quieran, les proporcionan auriculares gratuitos (se ha de dejar el carnet de identidad a modo de fianza) con traducción a inglés, francés y holandés (lo siento, a español ná de ná). Yo me cogí unos, ilusa de mí…pero no pude tener la concentración que necesitaba para enterarme de toda la historia. Lo de bajar a una mina con dos lilliputienses hizo que ambos acaparasen toda mi atención. Nos lo pasamos muy bien. El recorrido es muy bonito, dura 1 hora aproximadamente y termina en una sala en la que hay una pequeña exposición de gemas así como de los instrumentos que se utilizaban para pulir. A mí personalmente me resultó muy curioso, ya que nunca había estado en una mina de estas características. ¡Ah! Para recorrer el itinerario es obligatorio el uso de casco para toda aquella persona que haga el recorrido andando.

Tanto los horarios como los precios, los podéis encontrar en su web.

La accesibilidad del recorrido es buena. Los peques la hicieron sin problemas. Aunque claro, os podréis imaginar que no es para entrar con carrito de bebé ;-).

Fuera de la mina dispones de una tiendita de regalos y una sala cerrada con mesas y bancos para que te hicieses tu propio picnic. Nosotros aprovechamos y le dimos allí de comer a los peques.

Fue una bonita excursión, muy disfrutada por grandes y pequeños. Aprendimos mucho. Una “pena” que, como ya os he indicado, el tiempo no nos permitiese hacer mucho más ese día. “Sintiéndolo mucho”, nos volvimos a casa a preparar lo que prometía ser una fantástica cena alemana. Los niños a jugar mientras todo se ponía a punto….

No nos quedó más remedio que sufrir el mal tiempo je, je :-D. ¡Qué mal lo pasamos!

¡Feliz Semana!

Si queréis conocer los detalles de este viaje…Puntos clave del viaje a la región de Rheinland-Pfalz (Alemania).

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