Una mañana en la estación de esquí La Covatilla (Salamanca)

Cómo ya os conté, hace dos semanas tuvimos la suerte de pasar un fin de semana en Baños de Montemayor, en El Solitario, un alojamiento rural, situado al norte de la provincia de Cáceres, y donde disfrutamos de unos día geniales entre amigos.

Puesto que nosotros somos del Sur, y de un sur lejano en cuanto a nieve se refiere, no podíamos dejar la oportunidad de acercarnos hasta la estación de esquí de La Covatilla, ubicada ya en Salamanca pero tan solo a unos 15 km de Baños de Montemayor, para que los lilliputienses pudieran disfrutar un rato de esa casi nunca vista nieve (de hecho, la pequeñita era la primera vez que veía la nieve).

La estación de esquí de La Covatilla, está ubicada en la Sierra de Béjar, en La Hoya (Salamanca). Cuenta con 20 pistas, 19,5 km esquiables, comprendidos entre una cota mínima de 2000 m y una máxima de 2360 m. Según pudimos ver, sus instalaciones cuentan con cafetería y restaurante, una tienda de accesorios, la escuela de esquí, y por supuesto, la posibilidad de alquilar equipos. Tambié encontráis un chiquipark por si los peques quieren descansar un poco de la nieve. Se construyó en 2001, según parece con una gran polémica, entre los promotores y asociaciones ecologistas, por afectar a zonas con un gran valor ambiental.

Me sorprendió mucho el fácil acceso a la estación, te desvías directamente desde la autovía (A-66, la ruta de la plata) y te queda un camino corto de subida en la que disfrutas tremendamente de un paisaje espectacular. De hecho, luego he leído que esta estación es la más próxima a la autovía de toda España.

Además, se agradece mucho que la carretera desemboque, a su llegada a la estación, en una muy amplia zona de aparcamientos separados según seas o no esquiador, lo que te facilita muchísimo la llegada. Aquí os dejo el plano de la estación, procedente de su página web, para que le echéis un vistazo a la distribución de las diferentes áreas de la estación.

Y si vas con peques, como era nuestro caso, es genial, ya que una vez dejado el coche, en la zona de al lado del aparcamiento, te encuentras a un montón de familias jugando con la nieve, con los trineos, haciendo muñecos o simplemente paseando con los peques. Así, la llegada fue tremendamente fácil: aparcar y salir corriendo a disfrutar de la nieve.

Me impactó mucho la amplitud del paisaje nevado a la llegada, con las pistas al fondo. Muy bonito. Además, me reí mucho ya que al bajarnos del coche, abrir las puertas y bajar a los lilliputienses, solo pudimos ver a 2 pequeños corriendo lo más rápido que podían para jugar con la nieve. Iban muy emocionados ya que para ellos, la nieve es toda una novedad. No tardaron ni 1 minuto en volver, a la misma velocidad gritando que tenían muuuuucho frío! ;-).

Pasamos un rato muy divertido. Además, una familia que estaba allí con el mismo «plan» que nosotros, nos dejó un ratito un trineo con lo que mis lilliputienses disfrutaron mucho (y nosotros más).

Cómo ni somos esquiadores, ni lo pretendemos, no puedo hablaros sobre nada relacionados con el tema. Sin embargo, sí me dio la impresión de un gran público muy familiar (al menos en la zona que estuvimos nosotros paralela al aparcamiento y previa a las pistas).

Una muy bonita mañana.Es un auténtico placer ver a los lilliputienses disfrutar tanto. No pasamos todo el tiempo que nos gustaría, ya que el camino de vuelta era bastante largo, pero el suficiente para disfrutar y conocer el lugar. Una mañana fresquita y descubriendo cosas nuevas. Puedo asegurar que fue un gran fin de semana para mis lilliputienses.

¡Habrá que volver muy pronto a la zona!

¡Que tengáis una gran semana!