Si por algo es famosa la isla de Ibiza es por sus puestas de sol (bueno, entre otras muchas cosas). En nuestra estancia en la isla pitiusa durante el pasado verano tuvimos la oportunidad de comprobar la espectacularidad de sus puestas de sol (quizás de las más bonitas de todo el Mediterráneo), pero si hubo una que nos gustó especialmente y que disfrutamos más que ninguna otra fue la que vivimos en la Cala Comte.
La Cala Comte está ubicada en la zona sur de la isla, a unos 15 minutos en coche desde San Antonio. Es quizás una de las más famosas de Ibiza por lo que si la visitáis en verano, id preparados para encontrárosla bien poblada. Pero aunque está muy llena, es preciosa y bajo mi punto de vista es una de las imprescindibles si visitáis la isla.
Con aguas transparentes y de poca profundidad, la Cala Comte es perfecta para explorarla con los peques.
Para acceder a ella debeis descender por una especie de barranco pequeñito (no os asustéis, se baja perfectamente) y desde cuya parte superior se tiene unas bonitas vistas de la playa.
Si os paráis a observar desde arriba, veréis una especie de lengua de tierra, como un cabo muy pequeñito a cuyos lados hay dos magníficas calas. Tiene así, dos zonas diferentes separadas por esta lengua de tierra. Una más arenosa, con vistas directa a uno de los islotes que decoran el horizonte (llamado el Islote del Bosque), y desde la cual podéis disfrutar de la puesta de sol. Y otra un poco más rocosa, pero igualmente transparente y de poca profundidad. Entre ambas en realidad, la zona de arena que queda limitada para situar la toalla y montar tu centro de operaciones no es demasiado grande, por lo que es difícil encontrar un hueco si no llegáis temprano.
Nosotros llegamos a media tarde (ya sabéis que lo de llegar temprano a la playa no es lo nuestro), ya que nuestro plan era ver la puesta de sol, y en realidad aunque conseguimos un huequito pequeño para dejar las cosas, tampoco nos preocupó tanto ya que pasamos casi todo el rato en el agua.
En la playa encontraréis entre otros, servicio de hamacas y sombrillas y un restaurante justo encima de la colina, el famoso Sunset Ashram, desde donde las vistas son muy bonitas y que además es el responsable de que toda la playa tenga hilo musical. ¡Es genial estar en la arena o en el agua y escuchar la música! La sensación era muy buena. Además de ese, nosotros vimos dos restaurante más muy próximos y a los que se podía acceder fácilmente andando.
Intentamos cenar en Sunset Ashram ya que el ambiente era espectacular pero no pudimos porque estaba todo lleno (obviamente siendo uno de los más famosos de la zona o reservas con antelación o no puedes). Por supuesto, a la hora de la puesta de sol también estaba lleno, de hecho había personas que llegaban varias horas antes para esperar y verla desde su terraza.
La puesta de sol fue bellísima y al mismo tiempo muy divertida. Al principio, la tarde se nubló un poco con lo que pensamos que nos la íbamos a perder por las nubes.
Sin embargo a última hora el cielo abrió y nos dejo disfrutar de esa maravilla. Mis peques creo que han sido una de las veces que más atentos y expectantes han estado para ver una puesta de sol.
Especialmente llamativo fue la cantidad de gente que llegó a la orilla, y cuyo objetivo era, al igual que nosotros, disfrutar de la puesta de sol en ese lugar. A medida que la hora se acercaba, la cantidad de gente que se posicionaba en la playa aumentaba, y realmente la playa se convirtió en una única masa de personas con sus móviles levantados que apuntaban al horizonte para captar la instantánea del sol. ¡Increíble!
En definitiva, la Cala Comte, es magnífica para ir con niños en Ibiza. El único defecto la cantidad de gente, pero de veras que se perdona. Apuntadla y al menos, pasad un ratito por ella.
¿Y vosotros? ¿Dónde habéis visto la puesta de sol más espectacular?
Pues aunque no te lo creas, en la sierra de Madrid hay unos atardeceres de escándalo, donde el cielo se tiñe de rosa, que nada tienen que envidiar a los de Ibiza!
Habrá que ir a verlos! 🙂 Un beso Ester!