No sé si habréis oido hablar de Honfleur. En mi caso, yo no sabía nada de él hasta que comencé a planificar nuestro viaje a Normandía el pasado verano. Era uno de los lugares que me había recomendado mi partner de intercambio en Normandía y solo por eso ya merecía nuestra consideración. A medida que fui buscando información sobre este pueblito y empecé a ver imágenes de sus casas, las ganas de visitarlo fueron enormes.
Para nosotros, Honfleur fue uno de los grandes descubrimientos de Normandía. Ya habíamos estado en espectaculares y grandiosos lugares como el Mont Saint Michel o visitado la bella París con niños, pero un lugar como Honfleur nos conquistó totalmente el corazón.
Honfleur está ubicado muy próximo al famoso Puente de Normandía y en la desembocadura del río Sena. Se caracteriza por sus pintorescas y estrechas callejuelas; por su puerto de pesca (que atrae a miles de turistas cada año); por ser ciudad de pintores y especialmente imagen del impresionismo; por sus museos, talleres y tiendas de arte; sus casas de piedra y de colores… a cual más bonita… Si os apetece retroceder en el tiempo y sentiros parte de un cuadro de Monet, debéis hacer una parada en este encantador lugar.
El pueblo es pequeñito, por lo que no necesitareis mucho tiempo para recorrerlo. Si vais en coche como nosotros, os aconsejo que os dirijáis al parking (de pago) que hay a la entrada, ya que es bastante complicado aparcar después, debido al entramado de calles estrechas que os encontraréis, así como a que, en determinadas zonas hay bastante gente paseando.
El parking está justo a la entrada, bajo una (preciosa) noria que está especialmente situada para disfrutar del bello pueblito desde las alturas. Además, parece sacada de una película antigua… Nosotros no subimos, todo sea dicho de paso, nos fuimos directos al centro (ya tenemos excusa para volver…si es que nos hace falta alguna excusa).
Para acceder al centro, pasas a través del puerto. Es una mezcla de puerto pesquero y turístico y en él encontraréis, además de una imagen preciosa, una gran cantidad de bares, restaurantes y tiendas. Para tomar algo y disfrutar de las vistas, bien merece la pena.
Además, también veréis una maravilla de carrusel para los niños. Mis hijos en cuanto lo vieron, quisieron montarse en él a toda costa. Y mira que yo pensaba que eran ya “grandes” para ello, pero les resultó irresistible. Se montaron por supuesto, y disfrutaron al máximo esta maravilla mecánica. ¡Fue chulísimo! Y es que la visita a Honfleur con niños es bien recomendable.
En el puerto, os encontraréis con el Museo de la Marina, pero además, os recomiendo especialmente que os perdáis por sus calles.
Encontraréis además un montón de tienditas donde llevaros algo a casa. Como deber absoluto es comprar o al menos probar la sidra de pera (bueno, eso en toda Normandía), y como no, el chocolate (bueno, eso también en toda Normandía).
También si eres amante del arte, encontrarás un gran número de galerías con exposiciones activas que seguro te enamorarán.
Nosotros combinamos la visita a Honfleur, para después dirigirnos a través del puente de Normandía a Deuville y sus playas . En Honfleur pasamos una mañana (en realidad, unas 3 horas) y fue suficiente para verlo. Además, ese día nos pilló la lluvia y tuvimos que alternar el paseo con las paradas en las tiendas más de la cuenta (jeje). En realidad, la lluvia es un gran compañero de viaje en Normadía ya que es muy habitual que llueva durante todo el verano. Si visitáis la zona, un buen chubasquero es una de las prendas imprescindibles que tendréis que llevar diariamente, ya que además el tiempo puede cambiar en cuestión de minutos y encontrarte bajo la lluvia de repente, a pesar de que hacía tan solo 5 minutos el sol brillaba.
En Honfleur podéis encontrar bellos edificios como la Lieutenance, justo a la entrada del puerto y famoso porque fue la residencia del lugarteniente del Rey en el s.XVII; la Iglesia de Santa Catalina, una preciosa iglesia de madera de 1468 y que además se caracteriza porque tiene un fantástico campanario pero…¡separado de la iglesia!.
En definitiva, se trata de un lugar de tamaño muy adecuado para visitar con los niños. Un lugar amable, bonito, en el que ellos (y los mayores también) lo disfrutaréis paseando y corriendo por sus callejuelas, o comprando (por qué no) algún recuerdo.
Si estáis por la zona, incluid una parada en Honfleur. Y luego, me contáis, que me encantará conocer vuestras impresiones.
¡Seguimos descubriendo la Bella Normandía!
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