El descubrimiento del elefante

Y es que ese fue el gran descubrimiento del día. Fue la primera vez que mi pequeñita pisaba el zoo y, cuando vio a su animal favorito, el elefante, ahí se quedó «pinchá», no había quien la moviese de delante….y es que…era tan grandeeeeeeee.

El zoo de Córdoba es pequeño, pero bien merece una visita. Es un recurso fantástico para un día de invierno soleado, de los muchos que por suerte disfrutamos aquí :-D.

Su ubicación, justo enfrente del Jardín Botánico, y a las espaldas de la Ciudad de los Niños (y con acceso a ella desde el interior) hace que, combinando estos recintos puedas pasar un día estupendo. Nosotros estuvimos primero en el zoo, y desde allí accedimos a la Ciudad de los Niños, con lo que el día nos resultó redondo. Los lilliputienses terminaron rendidos y preparados para pasar una noche buena, buena durmiendo como lirones.

Allí puedes ver a cebras, avestruces, lobos, hipopótamos, un tigre y un jaguar, el elefante, una pareja de leones, osos, linces, ciervos, rapaces, llamas, etc, etc, etc. Hay una zona central, donde puedes encontrar aves acuáticas, muy bonita, en la que paseas entre puentes sobre una especie de lago pequeñito. Los niños van de pato en pato muy contentos.

El recinto ha sido objeto de varias obras de remodelación y en la actualidad, el resultado es un lugar accesible y amable de visitar. Hay una cafetería, donde hacer un descansito y/o comer algo rápido. Por desgracia, aún no disponen de tronas en ella. Sí tienen sin embargo, cambiador, en una sala pequeñita aparte, donde guardan además el botiquín. Si quieres utilizarlo debes indicarlo en taquilla y enseguida lo abren para que puedas acceder a él. Esta sala también puede ser utilizada a modo de sala de lactancia (de hecho, así la utilizó la mamá con la que hicimos la visita) aunque resulta un poco incómoda por el tipo de sillas de la que dispone. Como en la actualidad están mejorando tanto las instalaciones como los recursos informativos, nos indicaron que incluyésemos como sugerencias, la adquisición de una trona y la adaptación de la sala del cambiador para facilitar la lactancia. El personal es muy, muy amable.

El zoo además, realiza una serie de talleres y actividades educacionales. Y tiene en la actualidad un programa de asnoterapia, dirigido a niños con necesidades educativas especiales.

Por supuesto cuando vas con niños de 3,5 años (los mayores), la diversión está asegurada.

El precio del zoo, es de 4,5 € adulto. Los menores de 5 años no pagan entrada. De 5 a 14 años, el precio es de 2€. Otras tarifas y los horarios los podéis consultar en su web. Os destaco que los días 28 de febrero, 5 de junio, 27 de septiembre, y 6 de diciembre, el acceso es gratuito.

¡También existe la posibilidad de celebrar cumpleaños en el zoo!. Esta opción aún no la he investigado, pero puede ser muy interesante.

Con la entrada del zoológico, puedes acceder gratuitamente a la Ciudad de los Niños. De hecho, como ya os he indicado, se puede acceder desde el interior del zoo. El acceso es unidireccional, es decir, una vez que hayáis entrado a la Ciudad de los Niños, no podréis volver al zoo, por lo que debéis tenerlo en cuenta y pensar donde habéis dejado aparcado (si habéis ido en coche) a la hora de la vuelta. Este acceso lo abren a partir de las 12.00, de martes a viernes y a partir de las 11.00, los sábados y domingos.

Sin embargo, si vas con carrrito, es un poco incómodo ya que hay que subir una cuesta importante de tierra hasta llegar a la Ciudad de los Niños. Y además, el acceso a la misma está regulado con un torno, por el que no cabe el carrito a menos que lo pliegues. Y por supuesto, si vas con un capazo, la incomodidad es aún mayor ya que debes ponerlo en vertical. Todo ésto se puede hacer, pero si vas con el bebé y la niña dormidos es un incordio sacarlos de los carros (se despiertan) para hacer toda esa maniobra (este fue nuestro caso).

Hay una puerta de acceso justo al lado del torno (cerrada eso sí). Si tus maniobras con el torno resultan infructuosas, puedes llamar al número de teléfono que en ella indican. A nosotros, nos costó un poco que nos cogiesen el teléfono, y cuando lo hicieron, intentaron covencernos por todos lo medios de que plegásemos los carros (a pesar de llevar capazo). Finalmente, una persona subió y nos abrió la puerta para pasar.

Mi propuesta para esta visita es que por la mañana déis una vuelta por el zoo, y hacia la hora de comer, subáis a la Ciudad de los Niños. Allí podéis encontrar mesas y bancos, donde hacer un buen picnic (tened la precaución de llevaros el almuerzo preparado), y después a  jugar en las atracciones. ¡Es un día muy completo! Los niños se lo pasaron genial.

En resumen, los aspectos a tener en cuenta en la actualidad (febrero 2012), aparte de los que ya os he indicado, si visitáis el zoo:

• En la cafetería podéis encontrar bocadillos, pequeñas tapas y pizzas.
• No hay trona en la cafetería.
• Disponéis de cambiador y de una sala que puede ser utilizada como sala de lactancia.
• No os perdáis la zona de los burritos y la zona central de las aves acuáticas (es un paseo muy agradable). Y los linces y los leones 😉
• Si pensáis ir a la Ciudad de los Niños, mejor llevad mochila portabebés y os evitáis la dificultad del carrito a la hora del acceso interior a la misma.
• El acceso a la Ciudad de los Niños está abierto a partir de las 12.00, de martes a viernes y a partir de las 11.00, los sábados y domingos.
• La visita se hace bien en unas 3 horas (bueno, depende de lo que tus lilliputienses quieran pararse ;-))

Por supuesto, si me dejo algo atrás, como siempre, espero vuestros comentarios y sugerencias!!!!

¡A disfrutar del zoo y de los animales!