Sí, habéis leído bien.
Hoy os propongo una ruta con los peques nada más y nada menos que por el Bosque de Fangorn, en Córdoba, en Trassierra. Nos vamos al universo de Tolkien sin salir de Córdoba y con las botas de montaña puestas os propongo una ruta cortita y muy chula para hacerla con los lilliputienses.
Y es que Córdoba, es parte de la Tierra Media por supuesto.
La ruta se halla ubicada en Sierra Morena (alias Montañas Nubladas). Parte desde la subida a Trassierra, concretamente en el cruce de carreteras donde se encuentra la gasolinera y el restaurante del mismo nombre (El Cruce).
Precisamente entre esta gasolinera y el restaurante sale una vereda que se adentra en el llamado Bosque de Fangorn, nombre que los amantes de la bici de montaña le han puesto en honor al mítico bosque de la Tierra Media (sí de verdad, que lo llaman así), pero que en realidad, es una parte del itinerario global de la vereda de Trassierra.
Nosotros hicimos el itinerario comprendido desde este punto, al lado de la gasolinera del cruce, hasta desembocar en una zona al margen de la carretera que continúa hasta la barriada de Santa María de Trassierra, y donde existe un pequeño apartadero junto a unos contenedores donde se puede dejar el coche, y desde el cual también se puede continuar andando en dirección a Santa María de Trassierra, al Arroyo Bejarano o la Fuente del Elefante.
Hicimos la ruta con amigos y dejamos un coche en este apartadero, para continuar con otro coche hasta el punto de partida de la ruta. Esto permite que, al llegar al final del recorrido tengáis un vehículo esperando para desplazaros.
La ruta es corta, y fácil para hacer con los peques. La verdad es que no puedo deciros exactamente la longitud en kilómetros pero con cuatro peques, de 2, 4 y 6 años, tardamos en recorrerla unas 2 h.
El itinerario transcurre en primer lugar descendiendo hasta llegar a un arroyo que se puede atravesar gracias a un puentecito de madera. La bajada es preciosa a través de un bosque de lentiscos, encinas, alcornoques, pinos y algún que otro Madroño. Hay tramos en los que se transcurre prácticamente cubierto por la vegetación. ¡Mi lilliputiense pequeñita se pasó todo el camino buscando gnomos!
Si los niños son pequeños, si es recomendable tener cuidado en algunas cuestas hacia abajo (¡que no se embalen!). Hay tramos en los que tendrán que saltar o tener cuidado con la vereda. La ruta no es accesible para hacerla en carrito… ¡las únicas ruedas permitidas son las de las bicicletas de montaña!. Por este motivo, es conveniente ir con precaución ya que es una ruta que suele ser transitada por bicicletas.
Pasado el puente comenzamos el ascenso, muy suave y en el que hay puntos de panorámicas espectaculares.
El camino es muy bonito y entretenido y se hace muy bien con los peques. Además, en varios tramos podréis encontrar letreros indicando las especies que pueden verse durante el recorrido (madroño, etc). Tras el ligero ascenso se llega a una zona abierta donde es más fácil correr.
Sugerencia: Una muy buena opción para mantener a los peques entretenidos durante el camino es ofrecerles la posibilidad de hacer un herbario. Basta con que llevéis un par de bolsas y cojáis algunas ramitas de las especies diferentes que vayáis viendo por el camino. Una vez en casa y con ayuda de unos cuantos libros pesados, debéis poner las ramitas y hojas entre los gruesos libros manteniéndolos así durante un tiempo hasta que se sequen. Una vez secas, podéis hacer un mural bien grande con cartulinas y quedarán super chulos. También podéis, utilizando una libreta grande en blanco ir pegando cada ramita en cada hoja haciendo un bonito álbum. Nosotros hicimos un mural hace algún tiempo para anunciar la llegada del otoño. Así, los lilliputienses pasarán gran parte del camino observando las especies que pueden ver a su alrededor y diferenciando unas de otras, para meter alguna ramita en sus bolsas.
Una vez llegados al final (apartadero en la carretera) en función de como os encontréis, podéis seguir y completar la jornada con el paseo hasta la fuente del elefante que gusta tanto a los niños por el nombre y por el descubrimiento de la fuente con tal figura. Desde este punto hasta la Fuente del Elefante hay 1,5 km, y el camino transcurre por el Pinar de Torrehoria, accediendo a él a través de un paso canadiense. Pero eso…os lo contaré otro día.
Hoy me quedo con lo bien que nos lo pasamos mis hobbits y yo atravesando el Bosque de Fangorn. Si os animáis a conocer sus dominios…ya me contaréis qué tal la experiencia. Eso sí, que no se os olvide…
«Corred, insensatos»
¡A por el miércoles!
Si queréis más actividades para disfrutar de Córdoba con niños
Jijiji me encanta tu punto friki 😀 sólo por viajar a la Tierra Media merecía la pena el viaje. peor vaya que los paisajes parecen muy bonitos. Gracias por descubrirnos nuevos lugares.
Curiosidades que vas descubriendo. No sabes la gracia que me hizo cuando descubrí que esta parte del itinerario le llaman el bosque de Fangorn. Ahora entiendo nuestro parecido con los hobbits! jaja Un besito!