Uno de los lugares que os recomiendo visitar con tranquilidad si os animáis a hacer una escapada a Cabo de Gata (Almería) es el llamado Mirador de la Amatista en pleno Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.

Se trata de un lugar pequeño, un balcón al mar al que se accede por un camino de tierra estrecho, de esos que agarras a tus peques de la mano para ir más tranquila…

Este mirador, está ubicado al borde de la carretera que une La Isleta del Moro con Rodalquilar, en plena zona del Levante Almeriense y en mitad del paraíso natural de Cabo de Gata. La carretera transcurre, de manera espectacular, paralela a la costa, regalándote unas vistas increíbles durante todo el trayecto.

El mirador se ubica en un antiguo puesto de vigilancia de la Guardia Civil y en él puedes encontrar una pequeña tiendecita de souvenirs y un punto de información turística.

A medida que subes por la carretera, ves la señalización que indica la existencia del mirador. Te paras con el objetivo de mostrarle a tus peques algo bonito. Y tras andar un poco por ese caminito de tierra y llegar al balcón, sin duda tus expectativas se superan con creces. Es un lugar maravilloso para mostrarles la inmensidad del mar, así como para enseñarles a disfrutar del momento y de la belleza del paisaje: el mar, la Sierra de Gata y el cielo azul. ¡Es precioso!

Como ya os he indicado antes, el caminito desde que dejáis el coche hasta el mirador es recomendable hacerlo con cuidado, y por supuesto el rato que estéis en el mirador igual. No debéis perder de vista a los peques en todo momento.

El punto divertido lo pone la multitud de candados de “enamorados” dejados y cerrados alrededor de la barandilla que protege el mirador del precipicio y que despierta la curiosidad de los peques. Otro detalle adicional para contarles una historia y mantenerlos un ratito más disfrutando del paisaje.

La flora y fauna de la zona está representada en un pequeño “cuadro” hecho de azulejos, que despierta también el interés de los peques.

Me encanta este mirador. Un lugar sencillo en medio de un paisaje hermoso. Me quedo con la sensación de inmensidad y de tranquilidad que me dejó este sitio. Una auténtica joya como su nombre indica.

Si este verano tenéis la oportunidad de visitar Cabo de Gata, no dejéis de pasear por él y disfrutarlo.

Es todo un lujo poder compartir tremendas sensaciones con los más pequeños… o no?

¡Qué tengáis un gran lunes!