Una de las cosas que más nos impresionó en nuestro pasado viaje a Valonia y con la que nos quedamos con la boca abierta todos sin excepción, fue el ascensor funicular de Strépy-Thieu en el Sur de Bélgica.
Se trata del mayor de los elevadores funiculares de barcos existentes en la zona (y en el mundo). Una auténtica obra de ingeniería, una super-estructura que se construyó para dar solución al problema del importante desnivel existente entre las cuencas del Mosa y el Escalda en una distancia muy pequeña, y que obligaba a grandes barcos de transporte a tardar más de 6 horas de viaje en un tramo de 7 km.
La navegación fluvial al norte de Europa, es vital. Sus canales son camino habitual de gran parte de los productos comercializados desde el triángulo Alemania-Bélgica y Holanda, ya que, según nos contaron, supone la forma de transporte de mercancías más económica.
En la zona de Valonia, el desnivel existente ha hecho que existan varias estructuras de este tipo, siendo el de mayor relevancia y espectacularidad el de Strépy-Thieu, designado además, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Este funicular de barcos, está situado en el Canal du Centre, en la provincia de Henao, y fue construido durante la modernización del citado canal entre 1982 y 2002. Tiene la capacidad de desplazar 1.350 toneladas para salvar una diferencia en altura entre los canales de 73,15 m. Podéis leer mas detalles de su construcción en este interesante enlace.
La estructura es realmente impresionante. Justo delante de él, existe un aparcamiento donde dejar el coche. Nuestra llegada al ascensor estuvo muy divertida ya que justo en el momento que llegábamos, el ascensor había comenzado su subida, con un gran barco en su interior. Ésto hizo que los niños (y nosotros) alucinaran viendo al barco subir por el ascensor. Además encima del barco iba un coche…lo que les llamó más aún la atención. Imagináos: era un ascensor que subía a un coche montado encima de un barco!
Aquí os dejo un vídeo para que veáis la subida. Ni el vídeo (está sin editar) ni la perspectiva son muy buenos pero es para que os hagáis una idea del funcionamiento ;-).
La visita del interior nos resultó difícil de hacer con peques. Comenzaba con la visualización de una película de 1,5 h de duración en francés, aunque puedes verla con auriculares en la que si quieres, seleccionas otro idioma (pero no hay español). Como ya os imaginaréis, para nosotros, con un peque de 5 y otra de casi 3, fue imposible verla. Para ver esta película hay que subir a la planta octava de la estructura y en ella se pone de manifiesto la historia de la existencia de los canales en Bélgica, y la construcción de los ascensores para unir dos puntos determinados de la zona con una nueva canalización.
De ahí, se puede bajar a la 5ª planta en la que existe una panorámica de los puntos superiores del ascensor, y desde donde se ven a los barcos subir y bajar, o salir (una vez finalizada la subida) por la nueva canalización. Esta parte gustó también especialmente a los niños, ya que pudimos ver a un barco terminar de subir, y una vez arriba ir navegando por la canalización superior. La idea de montar a un barco en un ascensor les parecía muy divertida .
Es una visita muy recomendable. A pesar de que la actividad en el interior de la estructura no está adaptada si vais con peques (me refiero a la película), la espectacularidad de la estructura, el hecho de ver como el barco sube en el funicular, explicarles a los peques el funcionamiento y el porqué, y conocer su interior, merece la pena. ¡No os la perdáis! Por cierto, el interior se puede visitar sin problema con un carrito de bebé.
Especialmente interesante si visitáis esta zona es que, según nos contaron, todos los domingos hay una excursión en bote, de 1 h de duración y que cruza este ascensor gigante. Puede ser una opción divertida vivir en carnes propias la subida por el ascensor. Seguro que es genial.
De hecho, existe la posibilidad de hacer varias excursiones en bote por la zona, y atravesar alguno de los funiculares de barcos existentes. Uno de los puntos desde donde salen estas excursiones es el Centro de Interpretación de la Inmigración “La Cantine des Italienes”, lugar muy cercano a La Louviere y que supone uno de los testimonios existentes en la región de la época de emigración masiva de italianos a Bélgica.
Si visitáis este centro de interpretación, en él encontraréis además un restaurante y una cantina. Este restaurante nos gustó mucho, ya que es al aire libre (el día que lo visitamos nos hizo un tiempo espectacular para almorzar) y además, tiene una zona de columpios que, aunque algo alejada del lugar donde te sientas a comer, hizo que los peques pasaran un buen rato después.
Además del restaurante, existe una oficina de información, desde donde podréis reservar las excursiones turísticas en bote. Nosotros no la hicimos pero estamos seguro que a los peques, les hubiese encantado, porque tenían muy buena pinta. En concreto desde la Cantines des Italiens, salían 2 rutas diarias a las 10:00 y a las 14:00 que consistían en un trenecito que llevaba a los turistas hasta el barco que realizaba el paseo por el canal y que pasaba por diversos ascensores en su recorrido.
En definitiva, un lugar muy interesante de visitar, y muy curioso sin duda, para mayores y pequeños.
¡Que tengáis un gran martes!
Aquí podéis conocer Puntos Clave del viaje a Valonia (Sur de Bélgica)