Las Ermitas de Córdoba

Las Ermitas, son sin duda, uno de mis lugares favoritos de Córdoba.

Son uno de estos sitios que, probablemente, no visitas en tu primera estancia en Córdoba. Sin embargo, y aunque no tienen la espectacularidad con la que te puedes encontrar en la Mezquita o en el Alcázar de los Reyes Cristianos, es un sitio muy, muy recomendable para hacer una visita tranquila. Porque las ermitas son un lugar donde se respira tranquilidad… Pequeñitas, humildes, en plena Sierra Morena y con unas vistas de Córdoba espectaculares (esto sí)… debéis conocerlas.

La información sobre las ermitas, su historia y la importante labor de recuperación que poquito a poco están realizando la Asociacion de Amigos de las Ermitas.

Ubicadas en plena Sierra, para llegar hasta ellas hay que hacerlo en coche. De momento, y que yo sepa (si alguien por ahí tiene otra información que lo diga ahora o calle para siempre), no hay servicio de autobús.

Las ermitas comenzaron a ser construidas en 1703, terminándose pocos años después y quedando con la configuración actual: 13 ermitas diseminadas por todo el recinto y de las que, en la actualidad, están accesibles al público solo dos: la Ermita del hermano portero y la Ermita de la Magdalena. La congregación vivió allí hasta 1957, en la que se extinguió debido a la falta de vocaciones principalmente.

Todas ellas tienen la misma distribución: tres pequeños compartimentos para leer, orar y descansar y un pequeño huerto o jardín para el trabajo manual. Además, cada ermita tenía un pequeño ciprés, que simbolizaba la invitación a mirar hacia el cielo. La verdad es que, verlas tan pequeñitas, y sobre todo la austeridad que las acompaña, impresiona.

La visita a las ermitas comienza por el Paseo de los cipreses. A la izquierda de este paseo podemos encontrar ya la primera ermita (la del hermano portero) y al final, se encuentra la Cruz del Humilladero…cruz que desde pequeñita me ha fascinado, y cuya inscripción me encanta. Es muy tétrica…y para los peques, quizás a alguno pueda asustar, pero a mi siempre me ha atraído sobremanera.

 En la cruz podéis encontrar una pequeña ventana, con una calavera, y la siguiente inscripción:

Ya os lo he dicho…es tétrico todo…pero creo que es una verdad absoluta. Cambia el «no pecarás» en función de tus creencias religiosas o de tu forma de vida, y es tal cual.

Para los que penséis que vuestros peques pueden asustarse con la calavera, os diré que, en realidad, apenas se ve lo que hay en el interior de la ventanita. Los años y la suciedad han hecho que ya no se vea tan claramente. Por suerte, creo que mis lilliputienses son tan tétricos como yo, ya que, al ver la calavera, lo que el mayor me dijo fue… «Mamá…esa es como la que tengo yo dentro de la cabeza!!!!». 😉

A continuación del Paseo, se puede encontrar la siguiente ermita (Ermita de la Magdalena), un pequeño cementerio (donde están enterrados todos los ermitaños que vivieron allí durante los 250 años años de existencia de la orden, el patio de las Palmeras, previo a la pequeñita Iglesia. La iglesia se ilumina con un pago de 1€.

Una vez hecho este recorrido, debéis volver sobre vuestros pasos, llegar hasta la puerta de entrada de nuevo, para tomar un pequeño camino que sale a la derecha y visitar la parte que a mí más me gusta de todo el recinto…el mirador a Córdoba y monumento del Corazón de Jesús. El caminito es pequeño y cuesta abajo. Cuando lleguéis al final, sin duda habrá merecido la pena.

Os encontraréis con un mirador gigante sobre la ciudad de Córdoba, con un Corazón de Jesús sobre él. Y espectacular. Para acceder desde el Corazón de Jesús hasta el mirador hay unas escaleras bastantes largas. En realidad el mirador es un conjunto de altar y plaza donde en ocasiones especiales se celebran misas.

El conjunto es increíble…Tengo que destacar, que a la derecha del mirador hay una plaza pequeña con una Cruz de mármol blanco junto a un sillón de Piedra llamado el «Sillón del Obispo».

Yo me río mucho siempre que voy porque, me acuerdo de cuando iba con mi madre de pequeña. El sillón de piedra tiene un agujero en el fondo (donde pones el trasero), y siempre que iba, mi madre me decía que tenía que meter el dedo en el agujero, porque era símbolo de buena suerte…. :-D. Yo era siempre muy reticente a meter el dedo en ese agujero en el que no sabía muy bien que es lo que me iba a encontrar, pero lo hacía. Y ahora, sorprendemente, me encontré a mi misma diciéndole a mi lilliputiense que metiese el dedo en el agujero. E igualmente, me miraba con cara de incrédulo en plan…»Ahí tengo que meter el dedo?????».

Hay cosas que no cambiarán nunca.

En definitiva si podéis, no os perdáis un tranquilo paseo por este lugar tan bonito… La entrada es de 1,50€/adulto y 0,70€/niño (aunque a nosotros, el portero no nos quiso cobrar entrada por los niños). A la entrada os dan un pequeño folleto explicativo de la visita. De veras que la tranquilidad que se respira en todo el recinto hace que salgas mucho más feliz!!!!!

Aquí os dejo, como siempre mis recomendaciones para visitar las ermitas, si váis con vuestros lilliputienses:

1. Recordad  que debéis ir en coche. Os aviso que el camino tiene curvas (hay que subir a la Sierra) ;-). Nosotros, por suerte, subimos bien los 4 siempre…pero para los que se marean…es un punto a tener en cuenta.
2. Si vais en primavera-verano, os recomiendo ir a primera hora, por el calor. El horario es de 10.00 a 13.30, y por la tarde, dependiendo de la época del año, de 16.30 a 19.45 (invierno) y de 17.00 a 19.45 (verano). Si váis con peques en verano, yo descartaría la opción de visita por la tarde.
3. Agua y gorras para el sol. En la zona del mirador, sobre todo en primavera-verano por la mañana, no hay sombras. Por la tarde, dependiendo de la hora, sí puede haber alguna parte en sombra.
4. Calzado cómodo. Aunque está todo asfaltado, no es recomendable tacones (vais a la Sierra, recordad).
5. Dejad el carrito en el coche. Si los niños no andan, al portabebés, y si andan, que vayan andandooooo! que el sitio invita a pasear sin prisas. Hay pequeños escalones, en los que tendréis que ayudarlos. La zona de peor acceso es la llegada al mirador que se hace a través de una zona de escaleras, y en la que tendréis que coger a los más pequeños.
6. El mirador tiene barandas. Cuidado con lo más cafres que se puedan/quieran subir a ellas.
7. Disfrutad de las vistas y de la tranquilidad en general. Normalmente, hay muy poquita gente haciendo la visita (nosotros esta última vez, estábamos solos).
8. Podéis entrar algún bocadillo o en general, cualquier tipo de comida/bebida que necesitéis para los peques.
9. Si avisáis/explicáis a vuestros lilliputienses previamente lo que van a ver, lo harán con más naturalidad. Sobre todo por el tema de la calavera, la austeridad de las ermitas, el cementerio y la iglesia. A nosotros, al menos, siempre nos gusta informarles de lo que vamos a ver.
10. Por supuesto, respetar el recinto y el entorno. Hoy día, el conjunto se mantiene gracias al cuidado de la Orden de los Carmelitas Descalzos.

En definitiva, no os lo perdáis. Una bonita excursión para descubrir Sierra Morena. A la vuelta, en la sierra, suele haber varios restaurantes donde podréis parar a comer y completar la excursión (alguno incluso con piscina :-D). Aquí os dejo pues, otro rinconcito de Córdoba…Por hoy, sólo me queda deciros…