Como ya sabéis casi todos, la semana pasada tuvimos la gran suerte de viajar a una desconocida (al menos para mí) zona de Alemania, a disfrutar de unos días con buenos y viejos amigos. Aunque la crónica del viaje ya os la iré haciendo poco a poco, me gustaría al menos contaros ahora (que aún tenemos fresca en nuestra memoria la Semana Santa), cómo celebramos la Pascua (Ostern) en el país teutón.
La ventaja de pasar unos días en Alemania, en una casa rural, y con unas cuantas familias alemanas, es que te permite conocer de primera mano las costumbres del lugar :-D.
En primer lugar, cabe destacar que allí los días de fiesta van desde el Viernes Santo al Lunes de Pascua. Parece ser que la Pascua no tiene un sentido estrictamente religioso sino que va unida a costumbres paganas. Durante esta fecha, los protagonistas son fundamentalmente el Conejo de Pascua y los huevos de pascua. Es muy simpático ver como aparecen por todos sitios: casas y jardines se decoran con ellos, así como en supermercados, centros comerciales, etc. Prácticamente mires donde mires, te los encuentras.
Respecto al origen de ambos, no he conseguido consensuar una teoría. Mis amigos no la conocían, y de lo que he estado investigando, he leído varias hipótesis.
Por un lado, la Pascua, para las familias católicas, significaba volver a comer todos los alimentos que habían evitado durante la Cuaresma. El conejillo apareció, en la zona que actualmente comprende la frontera de Francia y Alemania, como forma de entretener a los niños. Fue inventado por familias protestantes (que no seguían la Cuaresma) y era el encargado de traerle los huevos a las familias religiosas, finalizando con ello las restricciones alimentarias.
Por otro lado, he leido en otras webs que esta tradición llegó a Alemania en la Edad Media. Los comerciantes tenían que hacer los pagos de sus correspondientes arrendamientos a sus dueños justo el Jueves Santo, ya que era el último día comercial. Al no tener dinero, ofrecían a sus dueños algunos conejos, que era un animal que se conseguía fácilmente. Tiempo después también se ofrecían huevos. Poco a poco se cambiaron los conejos y huevos de verdad por otros de chocolate, por lo que muchos comerciantes dedicados al mundo del chocolate, podían venderlos en la época de Pascua, ganado así más dinero.
En cualquier caso, los conejos y los huevos de Pascua han quedado como símbolos indiscutibles de la Pascua alemana.
El domingo es el día estrella para los niños. Se les cuenta la historia de que, el conejito de Pascua ha dejado escondidos por todo el jardín (o por toda la casa en caso de que el tiempo no les permita salir fuera), los huevos de pascua. Estos huevos de pascua, de chocolate y de muy diversos tamaños y colores, pueden ir acompañados también de golosinas o pequeños regalos. La “metodología” varía según la familia. Algunos esconden los huevos y regalitos de manera individual, mientras que otros los ponen todos juntos en una cesta o similar, y es la propia cesta la que esconden para que la encuentren los niños.
Nosotros lo pasamos estupendamente. El domingo tuvimos suerte y nos hizo un día estupendo, con lo que pudimos realizar toda la “maniobra” en el jardín de la casa rural que teníamos alquilada. Mis amigos alemanes escondieron un montón de huevos de chocolate y golosinas alrededor de la casa y los niños se lo pasaron “pipa”. Como había 6 niños de edades comprendidas entre los 7 años y los 20 meses (mi lilliputiense pequeñita), tuvimos que intervenir al final en el reparto de los huevos. Lo que hicimos fue entregarle a cada uno de ellos una cesta/jarra para que fuesen guardando todo lo que fuesen encontrando. Una vez finalizada la búsqueda, todas las jarras se pusieron en común, y las golosinas y huevos se repartieron entre todos a partes iguales.
Pero la historia de los huevos no queda solo aquí. Según me contaron mis amigos, es tradición pintar los huevos de verdad. Por ejemplo, en las guarderías los niños pintan los huevos (previamente cocidos) para luego comérselos en el desayuno de los días de Pascua. De hecho, existe un auténtico arte en esto de pintar los huevos. He leído que los más bonitos lo hacen los Sorbios, una minoría alemana de origen eslavo, que al parecer, heredó el “arte” de los rusos. Se pueden comprar huevos cocidos pintados en los supermercados para luego comérselos en casa. Nosotros, muy aplicados, nos comimos nuestros correspondientes huevos cocidos pintados para desayunar :-D.
También cabe destacar que, en esto de la Pascua, hay también otras fiestas tradicionales como cabalgatas, fuegos etc. ya más concretas en función de la zona de Alemania en la que te encuentres. Ahí ya, os toca investigar según la zona a la que viajéis.
En cualquier caso, lo que me gustaría transmitiros es que me gustó mucho disfrutar la Pascua allí con mis amigos y todos nuestros hijos juntos. Buscando huevos, creyendo en el conejillo por una mañana y como no…hinchándonos de chocolate, je, je :-D. Una muy buena forma de terminar nuestra Semana Santa y de prepararnos de nuevo para la rutina del día a día en casa.
¡Feliz Lunes!
¡Hola! Tengo una pregunta, ¿cuándo comienza la Pascua y la Semana Santa en Alemania? Me gustaría las “fechas” exactas, y si varían cada año.
Tengo otra duda, ¿en el año 1862 la fecha del comienzo del “día de Pascua fueron la misma que este año, o fueron diferentes? Me gustaría resolver esa duda, espero puedas ayudarme. ¡Gracias! Y me gustó tu entrada. 😉
Pues la verdad es que a priori, no se las respuestas a tus preguntas…pero intento resolverlas y te cuento! 😀 Gracias por pasar por aquí!