Los domingos son día de paseíto en familia. Y el pasado domingo, 18 de marzo, aún más. Teníamos un tremendo evento…organizado por un gran amigo nuestro, en plena ribera cordobesa. Se trataba del I Encuentro “Acércate al Yoga”, una convocatoria pública para que, todos aquellos amantes, practicantes (o no), curiosos y amigos del yoga, disfrutaran de una sesión de yoga al aire libre, en un entorno tan único y especial como es la ribera cordobesa. El lugar exacto de celebración eran Los Jardines de Miraflores.

Nuestro amigo, arquitecto y profe de yoga, se caracteriza por su gran iniciativa, creatividad y buenas ideas. Tenemos la gran suerte de que él es el profe de yoga en coSfera (si alguien se anima a venir a clase, no tiene más que avisar). Y muestra de ello, es el fantástico evento que resultó, el éxito que tuvo y lo contentos y requetecontentos que terminaron los participantes en el mismo.

Y nosotros, allá que fuimos… Tengo que avisar que el evento era para todos. Esto es, adultos y niños. Aún más genial.

De todas formas, y debido a las edades de mis lilliputienses, sabíamos que nosotros no íbamos a participar “de lleno”. Era más bien, una aproximación. Pretendíamos enseñarles lo que se hacía. Como muchas otras veces, el objetivo es mostrarles cosas diferentes, generarles inquietud, preguntas, curiosidades.

Llegamos al lugar del encuentro, una vez ya estaba empezado. La clase se celebraba en la zona inferior de la ribera, en los Jardines de Miraflores, por debajo del puente romano, y entre éste y el puente de Miraflores. Estuvimos un rato viendo la clase desde arriba. La verdad es que la imagen de tanta gente, en silencio, siguiendo las instrucciones de los profesores era genial.

Una vez transcurrió un rato y concienciamos a los lilliputienses de cómo debían comportarse, decidimos bajar con ellos. Nos pusimos en un extremo y un poco separados del grupo. E intentamos seguir la clase todos, menos mi lilliputiense pequeñita que iba a su libre albedrío, jugando en el césped. Unas bonitas risas. Tras un rato, la pequeñita empezó a formar jaleo y decidimos irnos para no molestar.

Nos dedicamos a pasear por la ribera, a andar, ver el paisaje y disfrutar del sol. Como siempre, las carreras y las risas fueron los protagonistas.

A la vuelta, saludamos a nuestros amigos. Estaban pletóricos con lo bien que había resultado todo. Desde aquí los felicito y animo a todos los que no pudísteis acercaros este pasado domingo, a que lo intentéis en próximas convocatorias. Estad pendientes…además, según nos contaron, en próximas convocatorias organizarán una clase específica para niñ@s.

Y desde los Jardines de Miraflores, nos fuimos a la Judería, a la Plaza de Abades. Me gusta mucho esta plaza porque al ser peatonal, los lilliputienses pueden estar a sus anchas. Allí tienes El Barón Rojo, un bar donde puedes tapear estupendamente (tapear, no confundáis, que no comer ;-)).

Pasear por la Judería es siempre un placer. Si venís a Córdoba, no os privéis de ese lujo. Eso sí, una buena gorrita para el sol, y una buena mochila porta bebés para callejear. Las callecitas son estrechas y adoquinadas, con lo que puede ser un poquitín duro ir con el carrito (aunque nosotros  lo hacemos…je, je…mi chiquitina un día me saca la roja).

En cualquier caso, un muy buen día disfrutado en familia y con amigos :-D.