Le Bois du Cazier, historia pura en Charleroi (Bélgica)

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Le Bois du Cazier fue una de las visitas que más nos impresionaron en nuestro periplo por Valonia (Sur de Bélgica).

A priori, quizás no hubiese sido uno de los lugares que hubiésemos visitado con los peques, principalmente porque se trata de un lugar configurado en torno a una temática dura y difícil de entender (la mina), pero sin duda, una vez que lo visitamos, nos sorprendió y nos pareció realmente interesante.

Ubicado en la ciudad de Charleroi, se trata de un conjunto arquitectónico ubicado en la antigua mina de carbón con el mismo nombre (Bois du Cazier) y que ha sido rehabilitado por la Unión Europea y la región de Valonia.

Entrada a Le Bois du Cazier

Entrada a Le Bois du Cazier

En su interior alberga un espacio dedicado a la terrible tragedia minera (la mayor ocurrida en Bélgica) que tuvo lugar el 8 de agosto de 1956 en la mina (y por la que murieron 262 mineros); un Museo del Vidrio y el Museo de la Industria, paseo por la época correspondiente a la revolución industrial que vivió la zona en su momento. La totalidad del conjunto está formado por dos castilletes de extracción y rodeado de tres cerros hulleros entre los que se puede pasear tranquilamente.

Pasillo Le Bois du Cazier

En mi opinión, Le Bois du Cazier, es un ejemplo de puesta en valor de patrimonio, en este caso industrial-minero, para su aprovechamiento turístico así como fomento de la identidad territorial de la zona. El lugar incide y muestra el pasado vinculado a la revolución industrial, así como la situación de un sector muy determinado: la minería, con unas condiciones muy específicas de trabajo. Sin duda, una iniciativa muy interesante.

La visita al lugar está interpretada con audioguías, disponibles en varios idiomas (francés, inglés, holandés, e italiano), que van dirigiendo al visitante a través de una serie de puntos estratégicos-paradas, en un recorrido de una 1,5 o 2 h de duración.

A ver que dice...

A ver que dice…

A pesar de que nos resultó tremendamente interesante conocer la historia del lugar, reconozco que fue una de las visitas más “difíciles” para los peques. La temática del itinerario es árida para ellos que, por ser aún pequeños, no terminaron de comprender exactamente los contenidos. Además, se trataba de una visita de larga duración…para los peques 2 h es mucho tiempo y es practicamente imposible seguir las audioguías por lo que tuvimos que hacer una visita «alternativa» fijándonos en aquellos detalles o puntos que más podían despertar su atención.

En este sentido, nos vino muy bien para gamificar el recorrido el hecho de que el itinerario estuviese articulado en torno a una serie de carteles con números, que había que localizar en diferentes ubicaciones, para escuchar las audiciones.

Íbamos buscando número tras número como si de un juego de pistas se tratase. A nosotros nos funciona muy bien este tipo de juegos, en plan «búsqueda de las pistas» o «búsqueda del tesoro». Los peques se mantienen entretenidos y motivados al mismo tiempo que los «obligas» a fijarse en determinados detalles, zonas del museo o del lugar en cuestión. Os recomiendo que lo probéis…si no lo habéis hecho ya!

Museo Le Bois du Cazier

También nos ayudó mucho, la existencia en una de las habitaciones, de televisiones con imágenes de la época, tanto del trabajo en la mina como del trabajo con el acero, para ilustrar en qué consistía exactamente algunas de las actividades.

Por otro lado, es interesante señalar que al inicio del recorrido, les entregan a los peques unos cuadernitos con algunas explicaciones y dibujos para colorear con el objetivo de darles información más clara.

Respecto a la accesibilidad, salvo la parte de los castilletes (en las que hay que subir y bajar escaleras), el resto es accesible para visitarlo con carrito de bebé. De hecho, las partes de los museos se pueden recorrer perfectamente con carrito y son también aptas para que los peques vayan andando a sus anchas. Aunque personalmente os recomiendo entrar sin carrito, para poder moverte más a tus anchas y poder subir y bajar sin problemas en la última fase del recorrido.

Especialmente impresionante es el monumento ubicado al comienzo del recorrido y en homenaje a las víctimas del accidente minero de 1956: un enorme tótem blanco, con los nombres de los 262 fallecidos. Este tremendo accidente tiene también dedicado una zona, en la que se puede conocer qué pasó y como fue evolucionando el rescate de los mineros. Este monumento impresionó especialmente a mi lilliputiense mayor.

Monumento a los minero fallecidos

Monumento a las víctimas del accidente minero

De lo más divertido para los peques, fue el Museo Industrial, que está compuesto por una espectacular colección de máquinas de vapor, entre otras, que pretenden mostrar el pasado industrial de Charleroi, así como una serie de habitaciones vinculadas especialmente a la actividad de los mineros, como la habitación donde se cambiaban de ropa, por ejemplo, o la colección de lámparas para su uso en la mina.

Museo Industrial

Museo Industrial

Por último, el Museo del Cristal, aglutina una serie de colecciones presentadas desde su realización actual hasta el origen del cristal y termina con una demostración de soplado de vidrio (aunque ésta nosotros no la vimos).

El lugar dispone de una cafetería-restaurante donde puedes tomarte algo durante o tras la visita.

Según nos contaron, el centro organiza muchas actividades con los coles, para trabajar en la aproximación de este sector a los escolares.

Vista de Le Bois du Cazier

Para nosotros fue un lugar muy curioso. Empleamos toda una mañana para hacer la visita tranquilamente y sin prisa. Sin duda, supone un viaje al pasado…a un momento muy determinado de la zona y a las circunstancias particulares de un colectivo como era el colectivo minero.

Muy interesante para los papás, y en algunos puntos tremendamente educativo para los peques…. Otro lugar más para apuntar y sin duda, ¡visitar con mucho interés!

¡Que tengáis un gran martes! 

Aquí os dejo los puntos clave del viaje a Valonia (Sur de Bélgica)

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Hay 2 comentarios

  1. Escrito por Planeando viajar con niños el 28 mayo, 2014

    Pues al papá de la bichilla le encantaría el Museo Industrial, como buen ingeniero que es. Sólo estuvimos una vez en Charleroi, de paso para el aeropuerto y la verdad es que no conocemos nada de esta ciudad. ¡Otro destino pendiente si para volver con la bichilla a Bélgica!

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