Parque Nacional de Timanfaya en Lanzarote

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Uno de los lugares que más me impresionó en nuestra estancia en Lanzarote fue sin duda el Parque Nacional de Timanfaya. Aunque en toda la isla puedes disfrutar del espectacular paisaje volcánico que la caracteriza, es en este Parque Nacional donde alcanza su máxima expresión.

Ubicado en la zona suroeste de la isla y con una extensión de 51 km2 aproximadamente, fue declarado Parque Nacional en 1974. Comprende la zona afectada por las erupciones volcánicas que tuvieron lugar en Lanzarote entre 1730-1736 y posteriormente en 1824, y tras las cuales, quedó enterrada casi la cuarta parte de la isla debajo de un manto de lava. En la actualidad, el Parque sigue manteniendo actividad volcánica.

A pesar de su apariencia desolada, el Parque se caracteriza por su riqueza biológica y el gran numero de endemismos tanto vegetales como animales. Entre los colores predominantes en el paisaje encontraréis el rojo-marrón-negro…y desde luego, la visión es lo más parecido a un paisaje lunar-marciano-o de otro planeta, que yo me imagino. Como curiosidad, este Parque fue escenario de la película Furia de Titanes en 2010.

Los datos de horarios y precios de acceso al Parque Nacional los podéis encontrar en este enlace.

Sobre este maravilloso Parque, tenéis mucha y variada información a través de la red. Sin embargo, a mí me gustaria daros, como siempre mi peculiar visión de como visitarlo con lilliputienses. Y por supuesto, contaros las actividades que realizamos en nuestra visita, y como las vivimos teniendo en cuenta que, en aquella época, nuestros peques tenían 2 años y 4 meses de edad. Eran muy pequeñitos. Al mayor ya aprovechamos para contarle «algo» sobre los volcanes, y fue relativamente fácil que entendiera el concepto al hacer la visita al Parque y comprobar por él mismo el tremendo calor que se desprendía en algunos lugares del interior de la tierra.

La llegada la hicimos en coche. Existe un aparcamiento previo donde puedes dejar el vehículo para luego subir al «centro neurálgico» del lugar, formado por un bar-cafetería-restaurante llamado El Diablo y el centro de información y tienda de recuerdos. Como en otros lugares de la Isla, os destaco especialmente el importante viento que hacía y que resultó algo molesto en algunas ocasiones para la pequeñita. Ella pasó gran parte de la visita durmiendo y nos resultó muy útil una manta pequeña que llevábamos para taparla en la mochila portabebés y evitarle el viento.

Una vez aparcados, si podéis prescindir del carrito de bebé sería estupendo, ya que, a pesar de que se puede circular bien con él, es mucho más cómodo (como siempre) llevar la mochila portabebés. Además, la ruta de los volcanes es en autobús con lo que tampoco lo podéis llevar. Nosotros lo dejamos en el coche, y como almorzamos en el restaurante, lo sacamos después para que la pequeña durmiese la siesta.

A continuación os describo los puntos principales a ver y tener en cuenta en el Parque, especialmente si vais con peques.

Puntos clave para visitar el Parque Nacional de Timanfaya en Lanzarote con niños.

1.- Bar-Cafetería-Restaurante El Diablo.

Cómo ya os he indicado, el Parque dispone de un restaurante, por lo que no debéis preocuparos por la logística de la comida. Nosotros almorzamos allí. Igualmente si lleváis la comida para el bebé, os la calientan sin problema.

Interior zona cafetería

Interior zona cafetería

Lo divertido del restaurante es que la comida se elabora con el calor que sale del interior de la tierra (ya os he contado que la zona volcánica sigue en actividad). De hecho tienen una especie de parrilla muy grande y perfectamente visible donde cocinan carnes y pescados varios y que está construida sobre un agujero de varios metros de profundidad. Está situada a la izquierda del edificio del restaurante, dentro de un habitáculo cilíndrico. Es muy curioso. Si los peques tienen ya cierta edad es una pasada explicarles el proceso de «cocinar al calor del volcán». Si ponéis la mano encima durante un momento (ésto solo apto para los papás y mamás, no para los peques), se nota perfectamente el fuerte calor que sale.

Tengo que decir que no recuerdo que la comida fuese excepcional. Pero estuvo bien. El lugar merece a pena, tanto por la anécdota de la «cocina volcánica» como por las espectaculares vistas que tiene la zona de restaurante a través de una enorme cristalera. Almuerzas con unas increíbles vistas al Parque, y llega un momento que dudas realmente de en qué planeta estás. Además, como veis en la foto, en el restaurante disponen de tronas.

Almuerzo con vistas a los volcanes

Almuerzo con vistas a los volcanes

2.- Géiseres.

A mi lilliputiense mayor lo que más le alucinó en esta visita fue la demostración que realizan sobre «qué es un géiser».

Justo a la derecha del restaurante se encuentra una serie de cavidades en las que cada cierto tiempo vierten agua. Este agua se transforma rápidamente en vapor debido a las altas temperaturas existentes en el interior y asciende muy fuerte. En realidad, alucinamos todos, no solo el peque.

Según he leído, las temperaturas pueden alcanzar los 600ºC a los 13 m de profundidad y los 120ºC en superficie.

Es una experiencia muy recomendable si vais con peques, por supuesto con cierta precaución al acercarse. Es genial.

Esperando para descubrir qué es un géiser

Esperando para descubrir qué es un géiser

3.- Ruta de los Volcanes.

La ruta de los volcanes es un recorrido por el interior del Parque Nacional y desde la que se pueden ver sus volcanes más famosos: la Montaña de Fuego, la Caldera del Coranzoncillo o la Montaña Rajada. Se trata de un recorrido de unos 14 km en autobús que sin duda merece la pena. Está incluido en el precio que se paga por acceder al Parque Nacional, es decir, no debes pagar nada por hacer esta ruta.

El punto de partida de la ruta está también al lado del restaurante. En ella, se observan diferentes tipos de lavas, se pasa por tubos volcánicos y se finaliza en la parte alta de las Montañas del Fuego, desde donde se observan los cráteres. Es fantástico.

Ruta de los Volcanes

Cómo es en autobús, os recomiendo que si lleváis cochecito de bebé lo dejéis en el coche. Os puedo decir que la pequeñita hizo bien el recorrido (durmiendo). El mayor sin embargo, al final iba un poco cansado. En cualquier caso, el trayecto se hace bien con los peques y bajo mi punto de vista es un absoluto imprescindible si visitáis el Parque. Aunque el recorrido no es excesivamente largo, en caso de que los peques sean pequeños como fue mi caso, no hubiese estado de más haber llevado a mano algún cuento o algún juguete para el tramo final, cuando empezó a cansarse.

Ruta de los Volcanes

Ruta de los Volcanes

4.- Paseo en camello.

Otro imprescindible de la visita al Parque Nacional si vais con niños. Aunque os confieso que pasé por un momentos de arrepentimiento nada más el camello echó a andar!

Paseo en camello

Los paseos en camello no se hacen en el mismo lugar donde se encuentran el restaurante, los géiseres y la salida de la ruta de los volcanes, sino en un punto anterior. No os preocupéis porque se ve claramente desde la carretera de acceso al Parque.

El paseo en camello es corto. Solo consiste en subir y bajar por una colina pequeña a lomos del animal. El mayor alucinó literalmente y la pequeñita…se durmió!!!!! Se ve que el meneo del movimiento del camello fue superior a sus fuerzas. No recuerdo el precio, por lo que no os lo puedo contar, pero si os puedo dar algunas recomendaciones tras la aventura :-D.

Paseo en camello

Escogiendo camello

Nos montamos los 4 en un camello. Papá y la pequeñita en un lado, y el mayor y yo en el otro: dos personas por asiento. Como los peques eran muy pequeños ocupaban poco espacio y pudimos perfectamente montarnos así. Os diré que el enganche al asiento es simplemente una banda que va de un lado a otro de la silla, por lo que si seguís nuestro ejemplo, os recomiendo que busquéis algo para agarrar el cuerpo del peque al vuestro, ya que con el movimiento del camello tienden a escurrirse hacia abajo. Y el movimiento del camello es fuerte.

En el caso que llevéis mochila portabebés, ni lo dudéis, montaos en el camello con la mochila puesta y el peque en el interior de la mochila. Así fue como iba mi pequeñita y fue estupendamente (tan bien que se pasó dormida todo el paseo).

El mayor y yo íbamos unidos por mi cinturón, pero aún así, hasta que me habitué al meneo del camello, pasé un momento de angustia porque pensaba que nos escurríamos los dos hacia abajo. Eso sí, el peque flipando iba…

En cualquier caso, los guías de los paseos son muy amables y te explican muy bien como sentarte y agarrar al peque.

Paseo en camello

Teniendo en cuenta esto que os he contado, si vais con niños, os recomiendo que hagáis el paseo porque es muy divertido. Ya os digo que el lilliputiense mayor alucinó y estuvo todo el viaje hablando del camello (de hecho, aún todavía cuenta de vez en cuando que se montó en un camello).

Y después de todo ésto…os dejo por hoy.

Cómo ya os he indicado, para mí, el Parque Nacional de Timanfaya fue uno de los lugares más impresionantes que descubrí en Lanzarote. Radicalmente diferente a todo lo que había visto hasta entonces, me gustó mucho. Sin duda me encantaría, cuando los lilliputienses sean un poco mayores, quizás volver para que disfruten un poco más del paisaje lunar.

¡Que tengáis una gran semana!

Podéis conocer los Puntos Clave del viaje a Lanzarote, en este enlace.

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Hay 2 comentarios

  1. Escrito por carla el 31 octubre, 2013

    Nos encanta viajar y ahora tenemos un bebe de 3 meses asi que nos será muy útil vuestros post, gracias son super interesantes.
    mamadesdeelencerado.blogspot.com.es

    • Escrito por Bienvenidos a Lilliput el 2 noviembre, 2013

      Hola Carla! Muchas gracias por tu amable comentario. Me alegro mucho que te gusten los posts. SI te pueden ser útiles de alguna forma, me haces muy feliz! Bienvenida y a disfrutar mucho de ese bebé de 3 meses! Felicidades!

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